Les hablaré de algo muy especial. Cuando miro la televisión y leo los periódicos, veo que entre los católicos hay muchos que son borrachos, que maltratan a su mujer, son delincuentes, son esclavos del vicio, y yo les quiero decir que me duele recordarles continuamente su pecado y su debilidad. Me duele
decirles que si no se arrepienten
y cambian, se van a condenar.
Me duele en el alma, porque en el
fondo sé que tú no eres un borracho
ni un sinvergüenza: tú eres un hijo
de Dios y de ahí tenemos que partir
para la enseñanza. Ver más »