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Octubre 2013 Edición

Carta del Editor - Octubre 2013

Carta del Editor - Octubre 2013

Queridos hermanos en el Señor:

p>Qué ha significado el Año de la Fe para ti? Se ve que el Señor, nuestro Dios, en su divina sabiduría inspiró al Papa Emérito Benedicto XVI para convocar el Año de la Fe en celebración del 50º aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II.

El Concilio fue uno de los principales eventos históricos que marcaron el siglo XX. Fue inaugurado por el Papa Juan XXIII en 1963, que falleció un año después, por lo que la continuación y clausura del Concilio estuvieron a cargo del Papa Pablo VI, que lo sucedió.

Sobre la importancia que tuvo y tiene el Concilio, Mons. Javier Echeverría, prelado del Opus Dei y Rector honorario de la Universidad Austral (Argentina) dijo: “El Concilio Vaticano II fue la manifestación más solemne del magisterio de la Iglesia en el último siglo, en continuidad con toda la enseñanza anterior. Evidentemente, sus documentos contienen una gran riqueza y, como han señalado Juan Pablo II y Benedicto XVI, nos corresponde el desafío de ponerlos en práctica, con plena fidelidad, para que Jesucristo y su Evangelio lleguen a los corazones y a las cabezas de millones de personas. Leer y vivir el Concilio es amar a la Iglesia, a la Humanidad entera.”

El Año de la Fe. Así pues, cuando celebramos el Año de la Fe, con todas sus actividades, iniciativas y apostolados a que ha dado lugar, lo que hacemos es principalmente llevar adelante la renovación de la Iglesia en el mundo actual y en el entorno local, a fin de que se concrete la nueva evangelización y así haya muchísimos más católicos y no católicos que salgan de las sombras de la indiferencia y el pecado y entren a la maravillosa luz de Jesucristo en la vida cristiana puesta en práctica en forma decidida, deliberada y concreta.

Pero la base de todo es la fe, como lo explicaba el Papa Francisco: “A veces se recurre al Señor para ‘pedir algo por una persona’, se pide esto y aquello y después uno se olvida. Pero aquella —advierte— no es oración, porque si quieres que el Señor conceda una gracia, debes ir con valor y hacer aquello que hizo Abraham con su insistencia.” Y recordó que es el mismo Jesús quien nos dice que debemos orar como la viuda ante el juez (Lucas 18, 1-8), es decir, con insistencia: “Jesús nos lo enseña así.” Y observó que Jesús elogia a la mujer sirio-fenicia que pide con insistencia la curación de su hija (Mateo 15, 21-28).” Vayamos y hagamos nosotros lo mismo.

Que el Señor, por su gran misericordia, nos aumente la fe a todos.

Luis Quezada, Editor | Escriba una correo al Editor

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