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Cuaresma 2012 Edición

Carta del Editor - Cuaresma 2012

Carta del Editor - Cuaresma 2012

Queridos hermanos en el Señor:

Hace ya muchos años, mi esposa y yo andábamos buscando cómo acercar­nos más a Cristo. Ella era mucho más devota, aun­que yo también me daba cuenta de que necesitaba tener una experiencia personal con el Señor.

En esa época no había grupos de oración hispanos en donde vivíamos y empezamos a ir a uno en inglés, que nos gustó mucho. Nunca antes había visto yo a un grupo de gente tan ale­gre y entusiasmada y ¡por motivos religiosos!

El sentido de la vida. Pero no fue sino hasta que en una conferencia de evangelización le entregué mi cora­zón a Cristo y empecé a conocer el verdadero sentido de la vida. A par­tir de entonces los conceptos que yo tenía de mí mismo, de mi esposa y de la vida en general empezaron a cambiar. Era la primera vez que cons­cientemente escuchaba que Cristo había muerto por mí, que me había perdonado todos mis pecados y que me ofrecía la vida eterna a cambio de que yo le entregara mi vida y mi voluntad. Así lo hice, y fue la mejor decisión que pude haber tomado en la vida.

Uno de los pasajes del Evangelio que más me ha impresionado siem­pre es aquel que dice: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida?” (Marcos 8,36). En efecto, ¿qué ganancia hay en sacrificar tiempo, recursos y esfuerzo para tratar de llevar una vida relativamente cómoda en este mundo, pero al margen de la fe, sin conocer el amor de Dios y sin saber qué va a ser del alma de uno después de la muerte?

Temporada de Cuaresma. La Iglesia, con la sabiduría que le dio el Señor, nos llama año tras año a pasar revista a nuestra vida, analizar nues­tras actitudes y los planes que nos hemos hecho, aquello en lo cual gas­tamos el tiempo y el dinero, para ver si son cosas que realmente tienen algún valor que más tarde podamos pre­sentarle al Señor, cuando nos llame a rendir cuentas.

Ahora que vamos a acompañar a Cristo en estos 40 días de Cuaresma de camino hacia su sacrificio reden­tor es bueno buscar oportunidades para hacer más oración, ayuno y dar limosna; también conviene hacer un retiro espiritual. Todo lo que uno haga conscientemente para acer­carse al Señor y purificarse del lastre de las faltas y pecados que haya ido acumulando es bueno y productivo, porque el Señor nos dice: “El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y por aceptar el evangelio, la salvará” (Marcos 8,35).

¡Que tengan una muy bendecida y fructífera Cuaresma!

Luis Quesada, Editor | Escriba una correo al Editor

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