Si tan solo toco su manto. . .
Recibamos el poder sanador de Dios en este año nuevo
A Tomás le diagnosticaron una extraña enfermedad y su vida cambió por completo. Le obligaron a jubilarse y gradualmente se fue debilitando cada vez más, y el dolor que sufría era constante. Pasó tanto tiempo postrado en cama que perdió el contacto con algunos amigos, todo lo cual se confabuló para hacerle sentirse rencoroso contra Dios y lleno de amargura. Sus amigos de la parroquia trataron de darle aliento, pero todo parecía inútil.
Unos meses más tarde, se programó en su parroquia una misión de cuatro días y los amigos instaron a Tomás a que asistiera, pero él se...
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