Separa la verdad de la mentira
La oración del Examen puede ser liberadora
Todos conocemos el valor de los retiros, de alejarse del mundo por un tiempo corto para centrar nuestra vida en Cristo. Íñigo llegó a Manresa y se retiró a una cueva, ¡durante once meses! Fue un tiempo difícil pero crucial en el cual aprendió mucho sobre sí mismo. Aprendió a distinguir entre las inspiraciones del “buen espíritu” —el Espíritu Santo— y las tentaciones del “espíritu maligno”, o Satanás. También aprendió a reconocer cómo el espíritu maligno estaba tratando de descarrilar su determinación de acercarse más a Dios.
Mientras vivía en Manresa, Íñigo experimentó dos grandes tentaciones. La primera atacaba su futuro y la segunda su pasado. Respecto...
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