Carta del Editor
Edición Febrero/Marzo
Queridos hermanos en Cristo: Ya se nos acerca la Cuaresma, época en que la Iglesia nos invita a meditar en la entrega y la devoción con que estamos practicando nuestra fe cristiana.
A su vez, el Papa Benedicto XVI nos invita a meditar en la vida y los escritos de San Pablo desde junio de 2008 a junio de 2009. Además, en octubre pasado se celebró el Sínodo de Obispos sobre “La Palabra de Dios en la Vida y en la Misión de la Iglesia”. Como ustedes saben, La Palabra Entre Nosotros pone las lecturas de la Santa Misa, junto con meditaciones sobre su significado y aplicación práctica, al alcance de ustedes, nuestros lectores, porque la Palabra de Dios “tiene vida y poder . . . y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona” (Hebreos 4,12).
¡Bienvenidos! Con esta edición de la revista queremos dar una cálida bienvenida a los numerosos hermanos y hermanas mexicanos que se han unido a nuestra familia de suscriptores, entre los cuales ya contamos con unos 2.000 nombres nuevos. Tengo la confianza de que ellos también recibirán el aliento y el consuelo del Señor y un nuevo entendimiento sobre diversos aspectos de la fe cristiana. Estoy seguro, además, que Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de México y Emperatriz de las Américas, los guiará y protegerá en su caminar hacia Cristo, Nuestro Señor.
Estos nuevos suscriptores se unen a aquellos de otros países latinoamericanos en los cuales La Palabra Entre Nosotros está encontrando una entusiasta acogida. Por ejemplo, actualmente la revista se está distribuyendo en Brasil, El Salvador, México y Perú, y hay planes de distribuirla también en Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Chile, y otros países. Esto nos hace pensar que el pueblo latinoamericano está sediento de recibir, conocer y vivir el mensaje del Evangelio y la Palabra de Dios.
Testimonios y comentarios. Quiero animar a todos nuestros suscriptores a que nos envíen sus testimonios de conversión, sanación física o emocional, o sus impresiones sobre la manera en que la lectura regular de La Palabra Entre Nosotros les ha ayudado en su vida de fe y oración, en su vida familiar y en su vida parroquial o comunitaria. Esto no sólo nos reanimará a nosotros, sino que puede tener un efecto poderoso y fructífero en el alma y la conciencia de aquellos que tal vez han sentido que el Señor está tocando a la puerta de su corazón (Apocalipsis 3,20), pero que por diversos motivos aún no se animan a abrirla.
¡Que el Señor y la Virgen los llenen de bendiciones!
Luis Quesada, Editor | Escriba una correo al Editor
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