Que todos sean uno
La Beata Maria Sagheddu dio su vida orando por la unidad de los cristianos
Por: Ann Bottenhorn
Desde el principio de los tiempos, las divisiones han aquejado a la humanidad. Familias, ciudades y naciones enteras han sufrido los destructivos efectos de las divisiones. Y con el paso de los siglos, el cristianismo también los ha sufrido. En la mayoría de los casos, nos resignamos a aceptar estas divisiones como una condición inevitable de la vida humana, pero entre cristianos, las separaciones son como un espejo trizado que refleja lo fracturado que está el Cuerpo de Cristo.
Dios siempre ha deseado sanar y unir a su Cuerpo. A inicios del siglo XX, ese deseo empezó a inspirar a algunos sacerdotes...
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