Pascua 2017
Carta del Editor
Queridos hermanos en Cristo:
Memoria, recuerdos, conmemoración… Son palabras que traen a la mente hechos del pasado, algunos importantes, otros no tanto, pero que sin duda han llegado a ser parte de nuestra vida. Probablemente todos recordamos hechos como el primer día que fuimos a la escuela primaria o secundaria, la primera vez que viajamos en avión, el primer romance o cuando falleció un ser querido.
Lo que recordamos son necesariamente aquellos sucesos que nos han impresionado para bien o para mal, acontecimientos que nos han marcado profundamente y que siempre estarán en la memoria, y que muchas veces incluso condicionan nuestra forma de ser, nuestras actitudes o la forma como reaccionamos frente a lo que nos sucede.
Todo esto lo tenemos gracias a la facultad o potencia de la memoria que, según dicen los psicólogos, forma parte del alma, es decir, nuestro ser interior, junto con las potencias del intelecto y la voluntad. La memoria nos permite recordar y analizar el pasado, registra los hechos del presente y nos permite también saber a qué atenerse para el futuro.
Es muy importante cultivar esta facultad, como lo veremos en los artículos que presentamos en esta edición de la revista. Además, en la parte final, tenemos un breve artículo del padre Jorge Loring que nos habla del alma humana. ¡Muy interesante!
Otros artículos. En la parte posterior de la revista, incluimos un artículo del padre Raniero Cantalamessa, predicador de la residencia pontificia, sobre la reacción de Santo Tomás, el incrédulo, cuando vio y palpó a Cristo resucitado.
También hay una reseña biográfica sobre Santa Mariam Baouardy, probablemente no muy conocida de mucha gente. Fue una vida muy sencilla, pero ejemplar, de fe y devoción, especialmente en una parte del mundo en que el cristianismo no es la religión mayoritaria. De hecho, a mí me parece que resulta reconfortante saber que, en aquellos lugares donde los cristianos son discriminados o perseguidos, se encuentran con frecuencia casos admirables de heroísmo frente al peligro que a veces representa el dar testimonio de la fe católica.
Lamentablemente, los cristianos han sido víctimas de persecución desde el principio del cristianismo y esto sigue sucediendo hasta el día de hoy. ¡Recemos mucho por los cristianos perseguidos de Irak, Siria y el Medio Oriente!
Pero, en medio de todo, mantengamos siempre en alto la mirada, porque nuestro Señor Jesucristo ha resucitado y estamos ahora celebrando y conmemorando su gloriosa resurrección, que es preludio de la propia resurrección que recibiremos un día si nos mantenemos fieles hasta el final.
Saludémonos, pues, unos a otros diciendo: “¡Cristo ha resucitado!” “¡Verdaderamente ha resucitado!”
Luis Quezada, Director Editorial | Escriba una correo al Editor
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