Octubre 2017
Carta del Editor
Queridos hermanos en Cristo:
En 2017 se cumplen 100 años de las apariciones de la Virgen María a los tres pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta, en Fátima. Teniendo en cuenta todo el trasfondo de lo acontecido en aquella época, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, la Iglesia ha aprobado estas apariciones, entre otras.
Por esta razón, hemos dedicado la presente edición de la revista al Centenario de las Apariciones de Nuestra Señora del Rosario en Fátima, con diversos artículos y reflexiones sobre los sucesos ocurridos, los anuncios y su significado para el mundo de hoy.
Entre los mensajes probablemente más significativos de Fátima, con tonalidades proféticas, fueron, por ejemplo, los referidos a una posible nueva guerra mundial —que muchos interpretaron como cumplido en la Segunda Guerra Mundial iniciada en 1939—, a la conversión de Rusia soviética, cuyos gobernantes eran ateos y anticristianos, y al intento de asesinato del Papa San Juan Pablo II, ocurrido efectivamente el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro.
Revelaciones privadas. Con todo, estas revelaciones de la Virgen María, como también otras, entran en la categoría de “revelaciones privadas”, según lo expresado oficialmente en el Catecismo de la Iglesia Católica, que dice textualmente:
“A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas ‘privadas’, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de ‘mejorar’ o ‘completar’ la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia. La fe cristiana no puede aceptar ‘revelaciones’ que pretendan superar o corregir la Revelación de la que Cristo es la plenitud...” (CIC 67).
Diversas advocaciones marianas. El pueblo católico latinoamericano ha sido, en general, bastante devoto de la Virgen María en sus múltiples advocaciones, al punto de que prácticamente en todos los países del continente hay alguna advocación mariana especial que suscita la reverencia y la devoción popular de diversos modos. En la presente edición incluimos, al final, un artículo que describe muy brevemente varias de las principales devociones de esta naturaleza, algunas de las cuales llegaron inicialmente desde España en la época de la Colonia.
Con la exhortación de nuestra Señora de Fátima a rezar el rosario, les saluda su hermano en Cristo,
Luis Quezada, Director Editorial |
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