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Octubre 2016 Edición

Octubre 2016

Carta del Editor

Octubre 2016: Carta del Editor

En esta época, los colores de las arboledas empiezan a teñirse de un color amarillento anaranjado anunciando así la llegada del otoño boreal, es decir, del hemisferio norte, y empiezan a aparecer también las famosas “calabazas” junto a las puertas de muchas casas como invitándonos a reconocer que sí, es cierto, el verano y las cosechas han terminado y estamos en época de cambio de temporada y de clima.

Pero junto con el cambio, recordamos en este mes la gesta histórica del Descubrimiento de América en 1492. Este acontecimiento fue, sin duda, sumamente trascendente porque así apareció en los mapas el “continente de la esperanza”. Pero más importante que eso fue el comienzo de la evangelización en el Nuevo Mundo, porque hasta entonces los pobladores autóctonos no habían tenido forma de conocer al Señor, ni menos aún escuchar el mensaje de la salvación.

Pero junto con los conquistadores españoles vinieron numerosos misioneros católicos que trajeron la Luz de Cristo a los pueblos indígenas. Mientras en Europa el cristianismo se debatía en problemas internos y externos, los habitantes del Continente Americano empezaban a escuchar la Palabra de Dios y a ver cómo los evangelizadores la difundían y la practicaban entre los indígenas.

Y no pasaron muchos años, de hecho sólo 39, antes de que el Señor enviara a México a la evangelizadora más excelsa del catolicismo: La Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, por cuyo intermedio se dio la conversión masiva más grande de la historia de la Iglesia: unos ocho millones de aztecas se convirtieron y el catolicismo se propagó como reguero por México, Centroamérica y el sudoeste de Norteamérica.

En los años siguientes, muchos otros misioneros llegaron también a Sudamérica llevando el mensaje de la salvación en Cristo Jesús, como los dominicos y los franciscanos, y luego los mercedarios, los agustinos y los jesuitas. A todos ellos, y a muchos más, les debemos nosotros, los católicos de hoy, el haber evangelizado a nuestros antepasados y haber mantenido viva la llama de la fe en el Nuevo Continente.

En este mes reflexionamos sobre Dios como nuestro Padre pero ¿conocemos bien a nuestro Padre? También incluimos una reseña biográfica de Santa Clara de Asís, contemporánea de San Francisco. Y para terminar, presentamos el testimonio de un católico que cometió asesinato y no lo descubrieron, pero el Espíritu Santo actuó en él para que confesara su delito.

Les recuerdo que si tienen algún testimonio de conversión o curación milagrosa comprobable que deseen compartir por favor me lo envíen. Un fraternal saludo a todos ustedes,
Luis Quezada, Director Editorial | Escriba una correo al Editor

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