No será para siempre
Dios usó unos pollos para hablarme sobre la curación de mi alma
Por: Annette Ibingha
Hace diez años, sufrí un ataque brutal cuando me dirigía a mi casa después del trabajo. El atacante me tiró al suelo y me apuñaló, dándome por muerta mientras él huía con mis pertenencias personales. Me desperté en un angosto pasillo del hospital bajo la mirada de los médicos y enfermeras que pasaban apresuradamente con la cabeza gacha.
“Le estoy suministrando el medicamento en este momento”, escuché decir a un médico. Un hombre con rostro sombrío se sentó al otro...
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