Navega mar adentro
La gracia de la obediencia
El sol matutino ya iba subiendo y Pedro estaba cada vez más inquieto. Había escuchado la predicación de Jesús, pero él estaba cansado y tenía hambre y sed. Lo que realmente quería era volver a la orilla, dejar allí al Señor y regresar a casa para comer y descansar. Pero luego, de repente, Jesús le dijo: “Lleva la barca a la parte honda del lago, y echen allí sus redes, para pescar” (Lucas 5, 4).
¿Para pescar? Pedro pensó que Jesús estaba bromeando. “El pescador soy yo, no tú. Llevo años pescando aquí y sé cuando hay peces...
PARA VER ESTE CONTENIDO SE NECESITA UNA SUSCRIPCIÓN
Acceda a todas las lecturas de la Misa, al Ordinario de la Misa, las meditaciones diarias y los artículos por medio de una suscripción. Ver opciones de suscripción.
Oferta especial: Suscripción de prueba gratuita de dos semanas en la web. Regístrese ahora.
Suscriptores actuales para la versión impresa y para la web: Regístrese para acceder a todo el contenido.
Comentarios