Las obras de misericordia
Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y soportar con paciencia.
Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos. Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.
“Bajo sus múltiples formas —indigencia material, opresión injusta, enfermedades físicas o psíquicas y, por último, la muerte—, la miseria humana es el signo manifiesto de la debilidad congénita en que se encuentra el hombre tras el primer pecado de Adán y de la necesidad que tiene de salvación. Por ello, la miseria humana atrae la compasión de Cristo Salvador, que la ha querido cargar sobre sí e identificarse con los ‘más pequeños de sus hermanos’. También por ello, los oprimidos por la miseria son objeto de un amor de preferencia por parte de la Iglesia, que, desde los orígenes, y a pesar de los fallos de muchos de sus miembros, no ha cesado de trabajar para aliviarlos, defenderlos y liberarlos. Lo ha hecho mediante innumerables obras de beneficencia, que siempre y en todo lugar continúan siendo indispensables.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2447-2448)
Obras corporales de misericordia
• Dar de comer al hambriento
• Dar de beber al sediento
• Dar posada al necesitado
• Vestir al desnudo
• Visitar al enfermo
• Socorrer a los presos
• Enterrar a los muertos
Obras espirituales de misericordia
• Enseñar al que no sabe
• Dar buen consejo al que lo necesita
• Corregir al que está en error
• Perdonar las injurias
• Consolar al triste
• Sufrir con paciencia los defectos de los demás
• Rogar a Dios por vivos y difuntos
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