La Palabra Entre Nosotros
Un recurso útil para la vida cristiana
¡Estamos de aniversario! Con el presente número de Adviento de 2014, cumplimos 30 años de publicación ininterrumpida de La Palabra Entre Nosotros, la revista católica en español de mayor difusión en los Estados Unidos.
¡Qué alegría saber que hay miles y miles de hispanos que día a día abren las páginas de nuestra revista y encuentran allí una palabra de aliento, un consejo útil para su vida espiritual, o una revelación que tal vez quiera darles el Espíritu Santo a través de los artículos o meditaciones diarias que en ella se presentan.
Los orígenes. Como la mayoría de nuestros lectores saben, la revista surgió como versión hispana de The Word Among Us, la revista católica en inglés que empezó a publicarse aquí, en el estado de Maryland, en diciembre de 1981, en respuesta al deseo que muchos católicos expresaron de tener un recurso que les ayudara, en lenguaje sencillo, a comprender mejor las lecturas de la Misa del día, les ayudara en su oración personal y les permitiera conocer mejor las doctrinas de la Iglesia Católica.
Cabe señalar que, en la segunda mitad del siglo pasado, el Espíritu Santo empezó a actuar en forma decidida y profunda entre el pueblo católico, acción que desde entonces se ha manifestado en numerosos movimientos y apostolados, como los Cursillos de Cristiandad, la Renovación Carismática Católica, el Movimiento Focolare, la Legión de María, el Encuentro Matrimonial, e innumerables grupos y comunidades de oración.
Los Padres del Concilio Vaticano II, reconociendo claramente esta realidad, alentaron a todos los creyentes a hacer lo necesario para adquirir “el bien supremo de conocer a Cristo Jesús” (Filipenses 3, 8) mediante la frecuente lectura y meditación de la Sagrada Escritura. En efecto, así lo declara el Concilio en la Constitución Dogmática sobre la Palabra de Dios: “...el Santo Concilio exhorta con vehemencia a todos los cristianos… a que aprendan ‘el sublime conocimiento de Jesucristo’, con la lectura frecuente de las divinas Escrituras. ‘Porque el desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo’. Lléguense, pues, gustosamente, al mismo sagrado texto, ya por la Sagrada Liturgia, llena del lenguaje de Dios, ya por la lectura espiritual, ya por instituciones aptas para ello, y por otros medios, que con la aprobación o el cuidado de los Pastores de la Iglesia se difunden ahora laudablemente por todas partes. Pero no olviden que debe acompañar la oración a la lectura de la Sagrada Escritura para que se entable diálogo entre Dios y el hombre; porque ‘a El hablamos cuando oramos, y a El oímos cuando leemos las palabras divinas’.” (Dei Verbum, 25).
Esto llevó a muchísimos seglares a buscar ayuda práctica para conocer mejor su fe, familiarizarse con la Sagrada Escritura y la doctrina católica, sacar mejor provecho de la santa Misa y tener una mayor apertura y docilidad a lo que el Espíritu Santo hace en la Iglesia y en ellos individualmente. A estos creyentes fue, precisamente, que se dirigió la publicación.
En español. La primera edición de La Palabra Entre Nosotros se publicó en el Adviento de 1984, en cuya nota introductoria decía: “Desde hace ya varios años, muchos de los lectores hispanos de nuestra edición inglesa nos han sugerido que publiquemos la revista en español y éste es el primer intento que hacemos en ese sentido.” La segunda edición correspondió al tiempo de Cuaresma de 1985, y así durante un tiempo la revista se publicó solamente en esas dos épocas del año, porque en esas ocasiones había mayor concurrencia del pueblo católico a la Iglesia, aunque conviene que durante todo el año los fieles profundicen su devoción y se mantengan en comunión con Dios.
Posteriormente, en vista de la gran aceptación que tuvo la revista —lo que denotaba la gran necesidad patente en la comunidad católica hispana de un recurso como éste— se inició la publicación mensual de la revista, que se ha mantenido constante hasta el día de hoy.
Por varios años las ediciones de La Palabra Entre Nosotros fueron una traducción completa de la revista original en inglés. Pero en un momento determinado, se vio que era necesario darle una fisonomía más hispana a la revista, un sabor más latino, a fin de que nuestros lectores pudieran identificarse mejor, no sólo con el idioma, sino con los temas y testimonios en ella contenidos. Teniendo esto presente, la revista incluye ahora artículos y contribuciones escritos originalmente en español por nuestros colaboradores, ya sean sacerdotes o laicos.
Además, en junio de 2013, se le añadió el texto completo en español de la Misa católica, según la versión autorizada en los Estados Unidos.
Nombre y contenido. El nombre de la revista, La Palabra Entre Nosotros, fue tomado del prólogo del Evangelio según San Juan, donde dice: “Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que recibió del Padre, por ser su Hijo único, abundante en amor y verdad” (Juan 1, 14). Este pasaje refleja la visión y el propósito de nuestra publicación: ser un instrumento del Espíritu Santo, cuyo deseo es manifestar al mundo la presencia, la verdad y la enseñanza de Jesucristo, nuestro Señor. De esta manera, esperamos contribuir a la misión constante de la Iglesia de proclamar el Evangelio a todo el mundo y profundizar cada vez más en el amor a nuestro Dios y Salvador.
En cuanto al contenido, la revista utiliza un formato, ya tradicional, de dos o tres artículos iniciales, seguidos por una meditación para cada día del mes basada en una de las lecturas de la Misa del día, por lo general la lectura del Evangelio. En la sección posterior, se incluyen, ya sea testimonios personales, vidas de santos u otros artículos escritos originalmente en español.
Las meditaciones diarias son utilizadas por muchos grupos y personas para sus enseñanzas o reflexiones semanales, ya que aparte de los textos de la Sagrada Escritura, la meditación del día da lugar a comentarios, aclaraciones y enseñanzas adicionales que son útiles para los participantes.
Como valiosa adición, en la parte central de la revista, se inserta el suplemento que contiene el texto completo de la Misa de cada día del mes. Este es un recurso muy útil, porque actualmente no hay ninguna publicación que ofrezca este material, en español, para cada día siguiendo el texto aprobado oficialmente por la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos.
Datos adicionales. Con la gracia de Dios, el tiraje de la revista ha venido aumentando constantemente, lo que indica que sigue creciendo el número de personas que encuentra en sus páginas inspiración, enseñanza, ayuda espiritual y emocional y conocimiento acerca de las verdades básicas de nuestra fe. Al comenzar en 1984, la revista tuvo un tiraje de unas 2.000 copias distribuidas dos veces al año, principalmente a través de las Misas en español en diversas parroquias de los Estados Unidos.
Actualmente se distribuyen más de 50.000 ejemplares todos los meses por suscripción directa o a través de grupos y parroquias. También se distribuyen gratuitamente miles de ejemplares a personal militar, cárceles o centros de detención y entidades dedicadas a servir a las madres embarazadas, especialmente las que han sufrido un aborto o lo están contemplando.
Los lectores de La Palabra Entre Nosotros no son sólo seglares. En 2007 entrevistamos al padre José Eugenio Hoyos, hoy Director del Apostolado Hispano de Arlington, Virginia, y él dijo que leía con frecuencia la revista y que, en algunas ocasiones, las meditaciones en ella contenidas acerca de las lecturas de la Misa le servían para elaborar o completar sus homilías.
La revista también ha recibido, a través de los años, cartas de apoyo de varios obispos, entre ellos Mons. Francisco González, Obispo Auxiliar de Washington, hoy retirado, que en 2008 nos dijo: “Quiero aprovechar esta oportunidad para felicitaros a todos vosotros por el trabajo de evangelización que hacéis a través de la publicación La Palabra Entre Nosotros. Yo la recomiendo con mucho gusto, pues sé muy bien del provecho espiritual que produce.”
Igualmente, Mons. Hugo Barrantes Ureña, Arzobispo Metropolitano de San José (Costa Rica), nos dijo en febrero de 2009: “Ha sido puesto en mis manos el ejemplar de su revista La Palabra Entre Nosotros, por lo que he querido felicitarlo a usted y a sus colaboradores por el trabajo de evangelización que realizan con esta publicación. Estoy seguro de que dicha publicación puede ser un instrumento válido para el crecimiento espiritual de muchos.”
La revista también se distribuye, aparte de los Estados Unidos, en México, Perú y otros países latinoamericanos.
Un proyecto de colaboración. Naturalmente la revista no existiría si no fuera por ustedes, nuestros apreciados lectores, y nos gustaría enterarnos de aquellos apostolados en los que sin duda participan en sus parroquias o diócesis, especialmente los grupos que se dedican a servir a los necesitados, preparar parejas para el matrimonio, visitar a los enfermos y presos, y cualquier otro ministerio que se cumpla dentro de la Iglesia, a fin de que las personas que necesiten tales servicios puedan informarse.
Sería bueno, además, que nuestros lectores nos enviaran testimonios personales de conversión o sanación, sin que ello signifique que vayamos a publicar todo lo que recibamos. Para la revista, lo que se necesita son artículos escritos en primera persona y en los que se haga resaltar la obra que el Señor “ha hecho en mi vida”, no “las cosas que yo hago”. Es decir, cómo el Señor ha bendecido a mi familia, cómo me sanó, cómo me convertí de una vida de pecado, o cómo por la acción del Señor he podido entender cosas que antes no entendía y cómo ha cambiado mi vida para mejor.
Todo el equipo que trabaja en La Palabra Entre Nosotros se siente sumamente contento y orgulloso de participar en este proyecto, por medio del cual se propaga la Palabra de Dios, la fe en Jesucristo, nuestro Señor, y el Reino de los Cielos. Por eso, queremos manifestar nuestro sincero agradecimiento a nuestros lectores y suscriptores, porque con su participación, hacen posible que siga adelante este proyecto, cuyo único propósito es contribuir a propagar el Reino de Dios y dar gloria y honor a Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
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