La Nueva Alianza
Carta del editor
Por: Luis E. Quezada
Queridos hermanos: Todos hemos sido invitados alguna vez a una boda. El templo está muy iluminado y hermosamente decorado y los asistentes lucen sus mejores galas, pues se trata de uno de los acontecimientos más importantes en la vida de las personas.
Percibiendo el entusiasmo de los familiares y amigos de los novios, seguramente uno recuerda la ocasión de su propia boda sacramental, si es casado, y todo lo que ha significado a través de los años. Pero, ¿a qué se debe todo esto? A que aquello que se va a celebrar delante de Dios, de las familias y de la comunidad es la unión de dos personas en un vínculo matrimonial indisoluble para toda la vida. ¡Esto es lo que significa una alianza!
Y esto es lo que el Señor, nuestro Creador, quiso hacer con su pueblo desde el principio: establecer una unión viva y permanente, en la cual él sería el Soberano y ellos serían su pueblo. Pero, como bien sabemos, el ser humano, imperfecto, limitado y propenso al egoísmo y la desobediencia, nunca cumplió la alianza que Dios hizo con Adán y que más tarde renovó y reiteró con Noé, Abraham, Moisés y David, para finalmente establecer una Nueva Alianza sellada con la Sangre preciosa de Jesucristo, nuestro Señor.
Esto es lo que celebramos en la Santa Misa cuando el sacerdote toma el cáliz, lo eleva y dice: “Tomen y beban todos de él porque este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía.”
Artículos adicionales. En la sección posterior de la revista, presentamos un artículo titulado “La fe de nuestra madre”, extractado del libro La ternura infinita de Dios: Meditaciones sobre los Evangelios, (escrito por el Papa Francisco y publicado por The Word Among Us Press) que versa sobre el amor maternal de la Virgen María.
Para concluir, insertamos un inspirador artículo publicado originalmente en 2013 sobre el primer santo árabe católico canonizado, el padre Chárbel Makhlouf, cuya fiesta se celebra el 24 de julio.
Queridos lectores, mientras preparamos esta edición, nos encontramos en medio de la crisis mundial del coronavirus (COVID-19) y no sabemos cuál será la situación en julio y agosto, cuando ustedes reciban este número. De todas maneras, encomendamos al Señor a todos nuestros lectores para que gocen de buena salud y estén protegidos de todo daño físico y emocional.
Que el Señor y la Virgen María los guarden y los bendigan hoy y siempre.
Luis E. Quezada
Director Editorial
editor@la-palabra.com
Comentarios