La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Julio 2015 Edición

Julio 2015

Carta Del Editor

Por: Luis Quezada

Julio 2015: Carta Del Editor by Luis Quezada

Queridos hermanos en Cristo:

Cuando nos dispusimos a programar el contenido de la revista para este mes de julio, decidimos hacernos eco de la convocatoria emitida por el Santo Padre Francisco el año pasado de celebrar, a partir del Primer Domingo de Adviento y durante todo el 2015, el Año de la Vida Consagrada en ocasión del 50° aniversario de la Constitución dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia, aprobada por el Concilio Vaticano II en 1964, año que concluirá el 2 de febrero 2016.

La vida consagrada. Teniendo en mente el tema del sacerdocio consagrado y su importancia para la Iglesia y para todo el Pueblo de Dios, nos complacemos en presentar una reseña biográfica de Mons. Oscar Romero, que fuera el recordado y querido Arzobispo de San Salvador, El Salvador, mártir que murió en 1980 y que fue beatificado por el Papa Francisco el 23 de mayo recién pasado.

Continuamos con dos impactantes artículos y un testimonio sobre el Retiro Internacional para Obispos y Sacerdotes celebrado en Monterrey, México, en septiembre de 2014, en el que se hizo un fuerte llamado a todos los que cumplen los Ministerios Episcopales y Presbiterales de toda América Latina a renovar el espíritu y la forma de su ministerio sacerdotal, a fin de llevar delante de un modo dinámico y eficaz la Nueva Evangelización en el mundo actual.

El servicio del laicado. Pero no todo el trabajo han de hacerlo los sacerdotes; los laicos también tenemos una gran misión que cumplir en la Nueva Evangelización. ¿Qué podemos hacer nosotros? Mucho. En primer lugar, orar por nuestros obispos y sacerdotes, interceder por ellos para que sean santos, apoyarlos, ayudarles en lo que se pueda, brindarles nuestra amistad, expresarles agradecimiento y aprecio y, sobre todo, estar disponibles para cuando nos pidan ayuda.

También hay muchos apostolados, ministerios y servicios que los laicos podemos llevar a cabo en la parroquia a la que pertenecemos y en la Iglesia en general: grupos de oración, grupos de estudio bíblico, apostolados de ayuda a los necesitados, visitas a los enfermos y encarcelados, asistencia a mujeres en crisis de embarazo, catequesis para adultos (RICA) y catequesis para niños, participación en consejos y comités parroquiales, y otros servicios en la santa Misa, como ministros extraordinarios de la Comunión, lectores, ujieres, coro, etc. Las posibilidades son muchas y sólo hace falta el deseo de participar con amor y buena voluntad.

Oremos, pues, por nuestros obispos y sacerdotes, para que el Señor derrame abundantes bendiciones sobre nuestras comunidades parroquiales y sobre todo el Pueblo de Dios.

En la paz y el amor de Cristo Jesús y de María nuestra Madre,
Luis Quezada, Director Editorial | Escriba una correo al Editor

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