Jesús nos llama a tener una fe viva
No existe un llamado más pleno
En el primer artículo, hablamos de cómo Jesús llamó a sus apóstoles y a algunos otros discípulos a tener una relación cercana con él, especialmente en contraste con su forma de relacionarse con las multitudes que a menudo atraía. Vimos cómo Jesús llamó a estos seguidores cercanos “mi hermano, mi hermana y mi madre”, miembros de su propia familia (Marcos 3, 35). Esta es la clase de relación que él quiere tener con cada uno de nosotros.
Ahora, veamos lo que sucedió con otras dos personas que se mantuvieron apartadas de la multitud: Una mujer con hemorragias y uno de los jefes...
PARA VER ESTE CONTENIDO SE NECESITA UNA SUSCRIPCIÓN
Acceda a todas las lecturas de la Misa, al Ordinario de la Misa, las meditaciones diarias y los artículos por medio de una suscripción. Ver opciones de suscripción.
Oferta especial: Suscripción de prueba gratuita de dos semanas en la web. Regístrese ahora.
Suscriptores actuales para la versión impresa y para la web: Regístrese para acceder a todo el contenido.
Comentarios