Examina mi conciencia, Señor
Examen de conciencia para la Cuaresma
Cuando contemplamos a Jesús, el Siervo Sufriente, vemos que fue alguien que se entregaba en manos de Dios con plena confianza, y dejó que Dios le escudriñara el corazón y lo purificara de todo lo que le impidiera cumplir la voluntad de Dios. Por consiguiente, llegó a comprender la voluntad de Dios para su vida y su pueblo y pudo aceptar la misión que el Señor le encomendaba e incluso sus sufrimientos, porque había logrado vislumbrar el glorioso fruto de lo que Dios había preparado.
También nosotros debemos dejar que el Señor alumbre nuestro corazón y, para ello, lo mejor es hacernos un examen de conciencia en Cuaresma, porque generalmente estamos demasiado ocupados, o bien decimos que lo hemos hecho tantas veces antes que ahora nos parece un ejercicio repetitivo y sin mucho significado.
Pero si nos dejamos llevar por estas excusas, corremos el riesgo de privarnos del fruto más importante de la Confesión: la libertad para alcanzar la plenitud de lo que Dios tiene reservado para cada uno de sus hijos. Si nos dedicamos a contemplar la gloria de Dios y le pedimos al Espíritu Santo que examine nuestro interior y escudriñe nuestra conciencia, Dios formará nuestro carácter. Cuando nos demos cuenta de lo grande que es el amor del Señor, no podremos tolerar más los pecados que nos han separado de Él y de sus planes. Por el contrario, empezaremos a pensar más como Jesús y preferiremos hacer todo lo que haga falta para seguirlo fielmente.
En esta Cuaresma digámosle que "sí" al Señor en todo lo que desee hacer en nuestra vida. Por medio del examen de conciencia, el Espíritu Santo nos ayudará a deshacernos de todo obstáculo para vivir la vida plena que Dios tiene para sus hijos.
Amor a Dios
Amor al prójimo
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