Enero 1- Febrero 13 de 2018
Carta del Editor
Por: Luis E. Quezada
Queridos hermanos en Cristo:
Espero que todos hayan tenido un feliz y un fructífero comienzo de 2018, un año nuevo, en el cual el Señor nos tiene reservadas innumerables bendiciones espirituales y materiales, si es que nos mantenemos unidos a él mediante la fe, los sacramentos y el servicio al prójimo.
En la presente edición abordamos el tema de la conversión. Es cierto que este tema es más comúnmente asociado con la Cuaresma, que comenzará a mediados de febrero, pero nos pareció útil presentar los artículos sobre este tema a fin de que todos recibamos un nuevo entendimiento de lo que hace la gracia de Dios en nuestro ser, cómo es que se produce la conversión y cuál es su necesidad.
En mi caso personal, yo no estuve consciente de la gracia de Dios durante gran parte de mi juventud, aunque de niño había recibido los tres sacramentos de iniciación: Bautismo, Primera Comunión y Confirmación. Pero en mi adolescencia, mi familia dejó de ir a Misa y en mi mundo no había lugar para el Señor. No que lo rechazara ni que no creyera en él, pero mis pensamientos y mis acciones estaban enfocados exclusivamente en lo terrenal, lo material.
Por eso, yo puedo dar testimonio de que la gracia de Dios actúa incluso sin intervención de la voluntad humana y a veces a pesar de ésta. Por eso le estoy infinitamente agradecido al Señor porque la gracia de Dios utilizó a mi querida esposa para abrirme los ojos y derramar su amor en mi corazón: esa fue mi conversión.
Artículos especiales. En la sección posterior, presentamos una reflexión sobre un matrimonio cristiano que figura en los Hechos de los Apóstoles, pero de quienes casi nunca se habla mucho: Priscila y Aquila. Es interesante leer cómo se mantuvieron ellos fieles a la fe siguiendo los pasos de San Pablo y llegando a ser auténticamente un “matrimonio evangelizador”.
Para completar la edición, hemos incluido una reflexión sobre las experiencias de Santa Bernardita Soubirous, la vidente de Lourdes, su fe firme y su inmensa confianza en lo que había visto y oído, sin dejarse dominar por las amenazas ni el rechazo a veces violento. Ahora que acabamos de celebrar el Centenario de las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, conviene saber que unos 60 años antes nuestra Madre se le había aparecido a Bernardita en un lugar no muy distante: Lourdes, en Francia.
Confiando en que ustedes hagan lo posible para que su conversión sea continua y su fe en Cristo se fortalezca, les saluda fraternalmente su hermano en el Señor,
Luis E. Quezada
Director Editorial
editor@la-palabra.com
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