Esta práctica de contemplar el firmamento nocturno era necesaria para que los barcos mantuvieran el rumbo correcto, pero a la vez nos señala un principio que todos podemos aplicar en nuestra vida espiritual: Contemplar las señales del cielo para estar seguros de avanzar por el camino correcto y no quedar librados a nuestra limitada e imperfecta imaginación.

En esta edición de la revista, queremos proponer la idea de que el plan de Dios para nuestra salvación puede contemplarse como una “vista panorámica” que nos permite ver el derrotero que ha seguido el Señor en sus intervenciones desde la creación del mundo. ¿De qué nos sirve esto? Nos sirve para tener una mejor comprensión y convicción de que todo lo que Dios ha hecho en la historia de la humanidad, después de la caída del hombre, ha tenido un propósito claro y definido: la salvación del género humano.

Esta fue precisamente la razón por la cual Dios Hijo se hizo hombre: Nos dio a conocer a Dios como Padre, nos dejó su enseñanza divina, sufrió su pasión y muerte y luego resucitó y ascendió al cielo. Más aún, para darnos fuerzas y sabiduría, nos envió al Espíritu Santo en Pentecostés y se quedó entre nosotros en forma permanente en la Sagrada Eucaristía.

Todo esto podemos contemplarlo, si lo deseamos, como en una visión panorámica que nos anima en nuestro caminar hacia el Señor. Esto es algo que queremos lograr en esta edición.

Otros artículos. En este mes recordamos que hace un año quien fuera el Papa Pablo VI fue elevado a los altares. Aparte de los documentos del Concilio Vaticano II, que a él le tocó promulgar con su rúbrica personal, otros de sus documentos dejaron una huella clara y una resonancia importante en temas como los de la moralidad cristiana y la evangelización en el mundo moderno.

El último artículo habla de la importancia y los resultados del Retiro Internacional Sacerdotal celebrado en Monterrey, México, en marzo de este año. En los comentarios de los sacerdotes ahí contenidos se aprecia que hay una corriente renovadora de la fe católica en la Iglesia de América Latina, algo por lo cual debemos rezar con fe y esperanza.

Quiera el Señor que todos contemplemos la vista panorámica de su plan para nuestra salvación. Que Dios los bendiga,

Luis E. Quezada
Director Editorial
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