Eso fue hasta que una noche yo mismo escuché la voz de Dios. En ese tiempo, a mediado de los años setenta, estaba comenzando mi caminar cristiano (aunque siempre había sido católico). Estábamos mi esposa y yo haciendo una novena y lo que yo le pedía al Señor era un ascenso en el trabajo. Me parecía una petición legítima y por eso la hacía.

Pero a mitad de los nueve días, una noche tuve un sueño, en el que no vi nada… solamente escuché una voz masculina, profunda pero muy clara y perentoria, que me decía: “Busca primero tu salvación.” Fue una voz tan patente que desperté inmediatamente. Entendí que el Señor quería que cambiara la intención de mi novena y no pidiera un mejor trabajo, ¡sino mi salvación!

Al poco tiempo, estando en una conferencia carismática, tuve la ocasión que necesitaba. Cuando llegó el momento preciso, y siguiendo el ejemplo de otros, me arrodillé y, entre copiosas lágrimas de arrepentimiento, me pareció estar delante de Cristo crucificado; allí le pedí al Señor que perdonara mis pecados, que fuera el Señor de mi vida y me concediera la salvación. Ese fue un momento decisivo en mi vida, como lo fue también el día gozoso en que me casé.

¡Qué alegría, qué gozo, qué sentido de liberación, amor y esperanza! Así me demostró el Señor que, efectivamente, él quiere hablar a sus hijos. Si alguno de ustedes, queridos lectores, no ha hecho todavía un acto de entrega y conversión como ese, ¡se lo recomiendo de todo corazón! Jamás se arrepentirá.

Otros artículos. Entre los artículos de la sección posterior, presentamos uno de los discursos muy interesantes que pronunció S.S. el Papa Francisco con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en enero de este año en Panamá. Ojalá haya muchos jóvenes que se preparen para ir a la próxima Jornada a celebrarse en Portugal en 2022.

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Que el Señor les conceda un verano muy bendecido,

Luis E. Quezada
Director Editorial
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