El Milagro De la Pascua
Queridos hermanos en Cristo:
La Pascua de Resurrección siempre llega en época de primavera (al menos en el hemisferio norte). Los días son más largos, los árboles empiezan a retoñar y los campos y jardines se cubren de flores multicolores y así presenciamos con alegría cómo la Providencia divina nos depara la renovación de la vida, a la luz cada vez más cálida del sol primaveral. En efecto, todo se renueva, todo cobra vida y color y uno mismo se siente más alegre, más optimista y más contento.
La vida se renueva. Pero todo esto no es mera coincidencia; tampoco es sólo una condición inevitable del ciclo vital de la naturaleza. Lo que sucede es que toda la creación se ve reanimada porque Jesucristo, el Rey del Universo, ha vuelto a la vida. El Señor ha resucitado y Él nos trae el soplo vivificador del Espíritu Santo, que renueva la faz de la tierra y los corazones de los hombres y mujeres de buena voluntad.
Lamentablemente muchos son los que dedican el feriado de Semana Santa nada más que a tomar vacaciones, hacer reparaciones en la casa o aprovechar las liquidaciones de las tiendas. En realidad, pareciera que muchos católicos siguen sumidos en una especie de letargo espiritual, en una penumbra del alma, como lo decía San Pablo: "Sepan que ya es hora de despertarnos del sueño... La noche está muy avanzada, y se acerca el día; por eso dejemos de hacer las cosas propias de la oscuridad y revistámonos de luz" ?(Romanos 13,11-12).
Testimonios. La reseña biográfica que presentamos del padre Emiliano Tardif, gran evangelizador e instrumento del Señor para la curación de miles de enfermos en la época presente, nos recuerda el soplo renovador del Espíritu Santo, como un viento de vida que purifica, sana y restaura. Esto es fruto de la Pascua de Resurrección.
También presentamos un testimonio personal de la curación física, emocional y espiritual de una hermana que encontró una vida nueva en la fe en Jesucristo, nuestro Señor, en su Misericordia Divina y en el estudio de su santa Palabra. Esto también es fruto de la Pascua de Resurrección.
La Pascua es una de las mejores oportunidades que nos da el Señor, a través de su Iglesia, para dejar atrás el lastre inútil y nocivo de los malos hábitos, la incredulidad y la desconfianza, y entrar en una nueva dimensión de vida y paz, donde la luz de Jesucristo resucitado nos sana, nos limpia y nos renueva. Y esta renovación "primaveral" de la Pascua nos impulsa a llevar la buena nueva a familiares y amigos y a cuantos deseen aceptar el testimonio y, como retribución, nos llega el Don del Espíritu Santo, la fuerza de Dios que viene de lo alto.
En resumen, el hecho innegable de la Resurrección de Jesucristo es el acontecimiento más trascendental y transformador de toda la historia humana y hoy es tan fresco, vigente y eficaz como lo ha sido siempre. Los invitamos, queridos lectores, a hacer de esta Pascua y de la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés, una época especial en la vida de cada uno de ustedes.
¡Que todos pasen una muy feliz Pascua de Resurrección y un Día de Pentecostés colmado de los dones y bendiciones de Dios!
Luis Quesada, Editor | Escriba una correo al Editor
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