¡Demos gracias a Dios!
Carta del editor
Queridos hermanos:
Cuando mis hijos estaban pequeños y les regalaban un juguete que fuera parte de alguna colección, antes de jugar con su nueva adquisición, tomaban el pequeño catálogo que venía con el juguete y comenzaban a decir: “¡Este no lo tengo! ¡Este tampoco! ¡Este otro también me hace falta!”
Entonces, mi esposo y yo nos sentábamos a su lado, tomábamos el catálogo y les decíamos: “Pero mira, ¡este sí lo tienes! ¡Aquel también! ¡Y este ya lo tienes!” Claro, debo confesar que, cuando yo me presento ante el Señor para rezar, traigo mi propio catálogo de todo lo que creo que necesito y no tengo, y empiezo a decirle a Dios “esto no lo tengo aún y esto otro me hace falta.”
Desde luego, a Dios le gusta que le presentemos nuestras intenciones, necesidades y anhelos. El Señor siempre está esperando que acudamos a él y dejemos nuestras cargas a sus pies, él ha prometido hacerse cargo de todo.
Sin embargo, si primero empezamos por darle gracias y alabanza por todo lo que él ha hecho por nosotros, recibiremos muchísima bendición. Precisamente este es el tema de esta edición del mes de septiembre: Dar gracias a Dios. El Señor nos ama tanto que envió a su único Hijo para salvarnos, perdonar nuestros pecados y concedernos el Espíritu Santo para que sea nuestra guía.
Dice el Salmo 103 (102): “Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades, quien me libra del sepulcro, quien me colma de amor y ternura, quien me satisface con todo lo mejor y me rejuvenece como un águila… El Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor… no nos ha dado el pago que merecen nuestras maldades y pecados… El Señor es, con los que lo honran tan tierno como un padre con sus hijos” (2-5. 8. 10. 23). ¡Estos son algunos ejemplos con los que podemos iniciar nuestra propia lista de cosas por las cuales estar agradecidos!
En los artículos especiales, encontrarán un artículo escrito por Luis Quezada, quien fuera nuestro Director Editorial, sobre la vida y la obra de San Gregorio Magno y que estoy segura de que será de mucha edificación para todos ustedes. Es una bendición poder seguir contando con la colaboración de Luis.
Les dejo estos versículos de otro Salmo que pueden ser de gran ayuda para dar gracias a Dios: “Te daré gracias, Señor, de todo corazón; te cantaré himnos delante de los dioses. Me arrodillaré en dirección a tu santo templo para darte gracias por tu amor y tu verdad… Cuando te llamé, me respondiste, y aumentaste mis fuerzas” (Salmo 138 (137), 1-3).
María Vargas
Directora Editorial
Comentarios