Cuaresma tiempo de reflexión. Una época del año litúrgico que para muchos es sinónimo de sacrificio, penitencia y privación, prácticas que no son nada de atractivas. Para otros, tal vez católicos indiferentes, es una temporada que no tiene gran significado concreto; un período de 40 días que pasa “sin pena ni gloria”. En la presente edición de la revista queremos dirigirnos a ambos grupos, con la esperanza de proyectar nuevas luces sobre esta tradición que ha mantenido viva la fe de la Iglesia durante muchos siglos.

La Cuaresma es la época perfecta para tomar conciencia de que el mundo nunca va a dar la felicidad en esta vida y mucho menos la salvación en la vida futura. La vida cristiana —querámoslo o no— es un constante luchar contra las tentaciones, los atractivos y los engaños del mundo, por medio de los cuales, el espíritu del mal nos hace creer que buscando el dinero, el placer, o el prestigio profesional vamos a ser felices. ¡Pero eso no es cierto! ¡Cuántos católicos hay que llevan una vida de materialismo e indiferencia ante Dios y no son felices, muchas veces dominados por el afán de riquezas, placer ilícito o incluso esclavizados por el alcohol, y en numerosos casos con familias y matrimonios deshechos!

Yo, personalmente, le doy muchísimas gracias a Dios por habernos llamado a la conversión a mi esposa Maruja y a mí, al principio de nuestro matrimonio, a entregarnos de corazón a él. De esa forma hemos podido llevar una fructífera vida familiar, un feliz matrimonio de muchos años, con tres hijas ya casadas con buenos yernos católicos, y hasta ahora con cinco bellos nietos. ¿Cuál es el secreto? Darle a Jesucristo el primer lugar en nuestra vida, o por lo menos tratar de hacerlo constante y conscientemente.

Invito, pues, a nuestros lectores a que compartan los artículos de esta revista con sus familiares y amigos que están alejados de la Iglesia, y les inviten a reflexionar seriamente sobre su vida en este mundo y en el próximo. ¡Este es el momento en que el Señor los está llamando!

Como complemento, presentamos dos artículos, uno por el Cardenal Antonio Cañizares Llovera, de España que nos invita a reflexionar sobre el bien personal y común en espera de la Semana Santa. El otro artículo es de Mons. Mario Dorsonville, Obispo Auxiliar de Washington, sobre la visita del Papa Francisco a los Estados Unidos y su mensaje sobre la familia, tan atacada últimamente por las tendencias liberales.

Una muy bendecida y fructífera Cuaresma les desea su hermano en Cristo,
Luis Quezada, Director Editorial | Escriba una correo al Editor