Con la presente edi­ción de La Palabra Entre Nosotros, correspondiente a Adviento 2011, damos inicio a una nueva etapa en la vida de la revista: a partir de ahora publicaremos edi­ciones mensuales. ¿A qué se debe el cambio? A que nuestros lectores así lo han venido solicitando desde hace tiempo, y también a nuestro compromiso de servir de la mejor forma posible a nuestros lectores.

Cambio de formato, no de contenido. Nuestro propósito sigue siendo el mismo: ofrecer artí­culos instructivos y re.exiones inspiradoras, complementadas con testimonios personales o vidas de santos, y meditaciones para cada día del mes basadas en las lecturas de la Misa diaria.

Entonces, ¿cuál es el cambio? Principalmente, ofrecer un mayor contenido, que les servirá a nuestros lectores en su caminar con Cristo. Serán revistas más frecuentes, con más artículos, ya que en lugar de las seis ediciones bimestrales, con un total de unos 30 artículos en el año, ahora presentaremos diez ediciones mensuales, dos de ellas dobles, con un total de unos 50 artículos.

Meditaciones diarias. Con el nuevo formato, dedicaremos una página completa a cada meditación diaria, pero es un cambio solo de forma. Lo más importante es que se lea primero el pasaje de la Biblia citado al principio de la meditación en letra negrita; luego, la meditación propiamente tal, para terminar con los otros pasajes indicados al final. De esta forma, cada lector tendrá un momento de oración y meditación basado en todo el material que nos ofrece la Iglesia en la Santa Misa de cada día.

A título personal, quiero decir­les a nuestros queridos lectores que siempre los tenemos presentes en nuestras oraciones, que le pedimos al Señor que los bendiga y los proteja y que la lectura de nuestra revista sea para ustedes no sólo una fuente de inspiración en su vida cristiana, sino de avance en su propósito de llegar a la santidad, a fin de que un día nos encontremos todos juntos alabando y bendiciendo al Señor en la gloria del cielo, en compañía de la Santísima Virgen María, de los ángeles y de todos los santos.

Que Dios los colme de bendi­ciones y dones espirituales en este Adviento y que el Niño Jesús, cuyo nacimiento celebraremos nuevamente en esta Navidad, haga su morada en sus corazones y sea fuente de alegría y bendición para ustedes y todos sus seres queridos.

Su hermano en Cristo,

Luis Quesada, Editor | Escriba una correo al Editor