Carta Del Editor
Edición Diciembre 2010/Enero 2011
Por: Luis E. Quezada
Queridos hermanos en Cristo:
Dicen que los artistas usan el lado derecho del cerebro para analizar lo que ven y oyen, y que los de tendencia más racionalista lo hacen con el lado izquierdo. Mi esposa Maruja es artista y pinta figuras realistas y retratos; a mí me gusta el arte, pero claramente no soy artista.
Hace un tiempo, Maruja y yo fuimos a la Galería Nacional de Arte en Washington, DC y desde que entramos ella empezó a gozar admirando y estudiando las pinturas de los antiguos maestros. Yo también encontraba interesantes y atractivas muchas de las pinturas, pero al cabo de una hora más o menos ya quería hacer algo diferente, por lo que me fui a la cafetería a buscar un café.
Es interesante analizar cómo dos personas, que tenemos tanto en común, pueden ver las mismas pinturas pero reaccionar de manera muy diferente. Ella se quedaba concentrada, admirando y analizando cada detalle, cada color, cada pincelada para apreciar lo que había querido expresar el artista, y luego compararlo con los estilos y las tendencias de otras épocas y lugares. En realidad, se sumergía del todo en el mundo del arte. Yo no. Yo veía las pinturas, unas muy grandes, otras pequeñas, y las miraba por unos minutos, decidía si me gustaban o no y luego quería pasar a la otra.
Observar, meditar, contemplar. En cada Adviento, la Iglesia nos invita a meditar en los relatos de la espera, el nacimiento y la infancia del Señor que nos ofrecen los evangelistas Mateo y Lucas. En esta ocasión queremos invitar a nuestros lectores a pensar con el lado derecho, como un artista, en forma sensible y creativa, para observar con sus propios ojos, como en una obra maestra del Señor, el cuadro del nacimiento de Jesús.
Por eso, en este Adviento nos introduciremos de lleno en todo lo que contienen las narraciones de la infancia del Señor y cada uno podrá presenciar el momento de la Anunciación y escuchar el “sí” de María; observar la Visitación de la Virgen a Isabel y apreciar cuando el pequeño Juan salta de gozo, hasta llegar también al pesebre sagrado y alegrarse con José, María y los ángeles y pastores al contemplar al recién nacido Rey de Israel y Rey nuestro.
Otros artículos. Para completar la edición, ofrecemos una reseña de la ejemplar vida de San Roque Santa Cruz, el primer santo mártir rioplatense y un artículo sobre la tradición de “las Posadas”, muy popular en México, América Central y ciertas partes de los Estados Unidos.
Junto con desearles a todos una muy Feliz Navidad, hago votos por que el Señor les colme de bendiciones, salud y prosperidad, y que el Año Nuevo que comienza sea de una fe renovada y de un caminar incansable hacia la meta de la salvación. Que el Señor y la Virgen los bendigan,
Luis Quesada, Editor | Escriba una correo al Editor
Comentarios