Carta del Editor
Queridos hermanos en el Señor:
La presente edición de la revista está dedicada a la familia y la juventud. Todos reconocemos la importancia crucial de la familia como “célula” fundamental de la sociedad humana y como “iglesia doméstica”.
Mi esposa y yo tenemos tres hijas. El tiempo pasa tan rápido que, casi sin darnos cuenta, ya son adultas y están casadas; dos de ellas con sus propios hijos. ¡Qué satisfacción ver cómo fueron creciendo y madurando! Ahora ya no les interesa lo que hacían cuando eran pequeñas, porque sus preocupaciones e intereses son de personas adultas.
Así es también la vida cristiana. Lo lamentable es que, en demasiados casos, los jóvenes llegan a ser adultos pero sin avanzar más allá de lo que aprendieron acerca de la doctrina y la fe cuando eran pequeños. Se quedan “tomando leche” y no pasan a “comer la comida sólida” de la fe y el Espíritu Santo. Para estos jóvenes, los intereses del mundo son mucho más inmediatos y valederos que los de la fe. ¡Qué lamentable y qué manera de arriesgar la salvación! Este es un tema que abordamos en los primeros artículos.
Consciente de esta situación, el beato Juan Pablo II comenzó las Jornadas Mundiales de la Juventud en 1985, precisamente para estimular a los jóvenes a buscar el alimento sólido y llegar a la madurez en la fe. El futuro de la Iglesia está en manos de los jóvenes de hoy, que mañana serán los obispos, los sacerdotes y las religiosas; también serán los esposos y los profesionales, los empresarios, los artistas y los políticos del mundo, de modo que si maduran en la fe desde ahora, alimentándose de la comida sólida del Espíritu, serán buenos ministros de Dios y personas de bien.
La Jornada más reciente se acaba de realizar este año en Madrid, España. En esta edición, incluimos un artículo sobre este tema escrito por el padre Juan Puigbó, de Manassas, Virginia.
Cambio de formato. Esta revista que tienes en las manos, querido lector, es la última edición bimestral de la revista. A partir del número de Adviento, las ediciones serán mensuales. ¿Por qué el cambio? Porque muchos de nuestros lectores han expresado el deseo de tener una revista mensual. Por eso, en lugar de seis revistas al año, publicaremos diez, menos voluminosas pero sin disminuir el número de artículos. Los lectores seguirán teniendo las meditaciones diarias para todos los días del año, pero distribuidos en diez ediciones (dos de las cuales serán dobles).
Esperamos sinceramente que este cambio nos permita servir mejor a nuestros lectores, ofrecerles siempre artículos didácticos, testimonios inspiradores y vidas de santos que les sirvan en su caminar hacia la meta, que es Cristo, nuestro Señor. Quiera el Señor que todos nos alimentemos asiduamente de la comida sólida de la Palabra de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia.
Atentos saludos de su hermano en Cristo,
Luis Quesada, Editor | Escriba una correo al Editor
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