Carta del Editor
Edición Diciembre 2009 / Enero 2010
Por: Luis E. Quezada
Queridos hermanos en Cristo: La Navidad es una de las temporadas más alegres del año.
Es una época en la que damos gracias a Dios por todas las bendiciones que nos ha dado. Es también una época en la que procuramos reunir a toda la familia, o incluso a algunos amigos, y celebrar juntos la venida del Salvador del Mundo, evento sucedido hace dos mil años pero que sigue trayendo la luz de Cristo a la sociedad actual e iluminando los corazones de los fieles en toda la cristiandad.
Los profetas de la antigüedad se regocijaban con sólo presentir que en un futuro desconocido para ellos vendría el mesías que Dios había prometido. La Virgen María se llenó de alegría al enterarse de que sería la Madre del Divino Salvador. Y el propio Señor Jesús quiere que los fieles nos alegremos "siempre en el Señor" (Filipenses 4,4). Pero esta alegría no tenemos que "fabricarla" nosotros mismos. El Señor quiere darnos un espíritu de regocijo como regalo de Navidad y este regalo lo recibimos si le pedimos al Espíritu Santo que nos abra los ojos espirituales y nos permita ver todo lo que Dios ha hecho en nuestra vida y creer que todo aquello que nos ha prometido se cumplirá.
Precisamente por esto, conviene aprovechar la oportunidad de la gracia de Dios que se derrama sobre la humanidad en forma especial en esta época del Adviento y la Navidad, para pedirle al Espíritu Santo que nos conceda un nuevo entendimiento de los grandes eventos que celebramos y la capacidad de ser buenos portadores de esta buena noticia, que ha traído una gran alegría a todo el género humano.
Aparecida y la Misión Continental. Nos ha parecido conveniente incluir en esta edición una breve reseña de las conclusiones de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano y Caribeño que tuvo lugar hace un par de años en Aparecida, Brasil. Esta Conferencia es, igualmente, un acontecimiento continental de gran alegría para todos los fieles católicos ya que los obispos de todos nuestros países acordaron poner en marcha una gran Misión Continental de evangelización y renovación de la fe cristiana en todos los ámbitos de la sociedad latinoamericana. En esta época, en que a veces vemos que hay falta de sacerdotes o vocaciones religiosas para mantener la fe y la llamada a la santidad en el pueblo, ésta puede ser la mejor noticia que nos ha dado la Iglesia en los inicios del Tercer Milenio del cristianismo.
Esta Conferencia y la Misión Continental son, sin lugar a dudas, acciones del Espíritu Santo que está vivo y activo en medio del Pueblo de Dios. Ojalá todos, de una manera u otra, podamos participar para llenarnos más del Espíritu Santo y ser instrumentos útiles para seguir propagando la fe, la caridad y el servicio cristianos en nuestros hogares y comunidades en el nombre de Jesucristo, Nuestro Señor.
Todos los que laboramos en La Palabra Entre Nosotros queremos desearles a todos nuestros lectores y sus seres queridos una muy feliz Navidad, llena de las bendiciones del Señor y de la Virgen María.
Luis Quesada, Editor | Escriba una correo al Editor
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