Desde los primeros días de La Palabra Entre Nosotros, en 1986, mi esposa Flor Alba y yo hemos recorrido un largo camino con ustedes, nuestros hermanos en el Señor. Todavía recuerdo los primeros meses, cuando los católicos que oraban con la revista no llegaban a 1000. Éramos pocos, pero éramos fieles. Ahora, podemos contar con más de 70.000 católicos hispanos que buscan al Señor en la oración a través de esta revista. ¡Qué bendición ha sido el ser testigos de este magnífico crecimiento!

En estos 32 años, nos hemos reunido con muchos de ustedes en diversos congresos eucarísticos, parroquias y grupos marianos, así como en retiros y conferencias de la Renovación Carismática Católica. A muchos de ustedes los conocemos personalmente y su fe nos ha inspirado. ¡Incluso nos sentimos muy cerca de nuestros suscriptores a quienes no hemos conocido! Pero, después de tantos años, hemos discernido que ha llegado el momento de jubilarnos. Por lo tanto, aunque ustedes ya no podrán comunicarse con nosotros por teléfono, tengan la seguridad de que siempre habrá hermanos aquí en La Palabra que estarán dispuestos a servirles tal como lo hemos hecho nosotros.

Queremos que sepan que, aun en la jubilación, ustedes permanecerán muy cerca de nuestros corazones y siempre serán parte de nuestra familia espiritual. Así pues, al despedirnos, queremos animarlos por última vez: ¡Busquen al Señor en la oración y la Escritura cada día! ¡Busquen a Aquel que puede darles descanso para el alma, consuelo en el dolor y esperanza para el futuro! Y nunca olviden que hoy y cada día el Señor está allí junto a ustedes.

Flor Alba y yo le pedimos al Señor que derrame abundantes bendiciones sobre todos ustedes y sus seres queridos. Y a ustedes les pedimos que nos recuerden en sus oraciones en esta nueva etapa de nuestras vidas que vamos a comenzar.

Sinceramente en Cristo y María,
José Antonio y Flor Alba Soto
Director de Circulación y Directora de Promoción de La Palabra Entre Nosotros