¿Cómo es que el Señor nos salva?
Carta del editor
Por: Luis E. Quezada
Conozco a muchos católicos que se conforman con la práctica mínima de su fe: ir a Misa los domingos, recibir la Comunión, confesarse alguna vez y, quizás, rezar el rosario o hacer alguna otra devoción.
Sí, pero ¿es eso todo lo que el Señor espera de sus hijos? Jesucristo y la Iglesia nos enseñan que la voluntad de Dios para nosotros no se limita a ciertas prácticas religiosas; que, sobre todo, consiste en el amor solidario y que ese amor se ha de manifestar en obras de generosa caridad con el necesitado. Entonces, el amor es la esencia misma de la fe, pero ¿qué relación tiene el amor con los conceptos de la justificación, la salvación y la glorificación, que encontramos en la Palabra de Dios?
Los católicos sabemos que Jesucristo ganó para el ser humano la salvación mediante su sacrificio redentor en la cruz del Calvario y que, para salvarse, es necesario declarar personalmente la fe en Jesucristo como Señor y Salvador y bautizarse; pero también hemos leído que “La fe sin obras es muerta” (v. Santiago 2, 17).
Entonces, ¿son necesarias la fe y las obras para salvarse? ¿Cómo lo podemos entender? Esto es lo que aspiran a hacer los tres primeros artículos de la presente edición: aclarar los conceptos y las dudas y darnos un entendimiento correcto de aquello en lo que consiste el Plan de Dios: lo que él ya hizo, lo que nos toca hacer a los creyentes y lo que sucederá en el futuro, es decir, lo que debemos hacer para recibir aquello que San Pablo llama “la herencia”, siempre que nos mantengamos fieles hasta el final.
Aprovechemos estas enseñanzas para analizarnos honestamente, corregir el rumbo y empezar a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, para el bien de nosotros mismos y de nuestros seres queridos.
Otros artículos. En la cultura popular de hoy, las corrientes secularizadoras del ateísmo van creciendo a pasos agigantados, tales como la negación de que todo lo que existe fue creado por Dios.
Pero el Dr. Hosffman Ospino nos explica, en su artículo, que Dios es en efecto el Creador de todo “lo visible y lo invisible”, como lo afirmamos en el Credo Nacianceno cada domingo en Misa. Es una presentación muy completa. Y para quienes aún dudan de la existencia de Dios, podemos referirlos a un sitio virtual muy útil llamado www.catolicocreible.com, donde pueden leer las excelentes explicaciones allí contenidas, como la del Módulo 2.
Que el Señor les bendiga con abundantes dones espirituales y materiales,
Luis E. Quezada
Director Editorial
editor@la-palabra.com
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