Adviento 2017
Carta Del Editor
Por: Luis E. Quezada
Queridos hermanos en Cristo:
Bienvenidos al Adviento 2017, durante el cual la Iglesia nos invita a reflexionar sobre la venida del Salvador del mundo, es decir, la Encarnación de Dios Hijo en la Persona de Jesucristo, nuestro Señor.
Nuestro Padre celestial, en su divina sabiduría y amor eterno, sabe que somos olvidadizos y que, muchas veces, nos dejamos llevar por lo que vemos, oímos y sentimos más que por lo que sabemos o creemos. ¡Este es precisamente uno de los graves problemas del ser humano en los últimos siglos! Las imágenes que vemos y escuchamos en la televisión, o la internet o el celular (muchos de los cuales son medias verdades o tienen abiertamente tonalidades anticristianas y antirreligiosas) ejercen un gran efecto en nuestro entendimiento de la sociedad actual y, por qué no decirlo, de nosotros mismos. Lo inmediatamente visible y palpable adquiere un mayor peso que las creencias o las verdades que hemos atesorado por mucho tiempo en aspectos de moral y espiritualidad.
Pero, no seamos pesimistas. No todo lo que se ve es malo. De hecho, en esta época de preparación para el gran acontecimiento de la Natividad del Señor hay muchas cosas buenas que vemos y oímos, como nos lo enseñan los artículos que publicamos en esta edición. Si lo que vemos y oímos está dirigido a la profundización de la fe y el entendimiento cristiano, ¡es buenísimo!
Un testimonio y una reflexión. Aun cuando la Iglesia ha enseñado claramente acerca del llamado ecumenismo, es decir, la tendencia que procura lograr la unidad de las diversas confesiones cristianas, según el deseo del Señor (Juan 17, 23), muchos católicos y no católicos aún se miran con desconfianza. Con todo, allí donde hay un verdadero espíritu cristiano de fraternidad surge la paz, la solidaridad y la confianza, aun entre cristianos de distintas confesiones. El testimonio que figura en la página 52 nos habla de esto.
Finalmente, concluimos la edición con una reflexión y exhortación dirigida a los católicos en general a ser valientes, reafirmar y defender nuestra fe ante la fuerte corriente anticristiana y anticatólica que ha hecho su aparición ya hace tiempo en el escenario mundial. En esta época del año, el Adviento, es cuando las agrupaciones ateas y anticristianas se dedican más a contradecir, enlodar y anular (si fuera posible) la verdad de Jesucristo, Salvador del mundo. ¡No lo permitamos!
Unamos nuestras plegarias a nuestro Señor, con la intercesión de la Virgen María, para que esta Navidad y el Año nuevo que pronto comenzará sean llenos de bendiciones para todos los fieles, y especialmente para nuestros lectores.
Luis E. Quezada
Director Editorial
editor@la-palabra.com
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