La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Adviento de 2018 Edición

Una breve guía para la confesión

Cómo prepararse para la reconciliación con Dios

Una breve guía para la confesión: Cómo prepararse para la reconciliación con Dios

El Sacramento de la Reconciliación es la mejor forma para que se nos perdonen los pecados, vale decir, la violación deliberada de la ley de Dios, pues es un encuentro directo con la misericordia de Dios vivo, que nos acoge a pesar de nuestra debilidad e imperfección. Aunque el pecado promete bienes ilusorios y una falsa satisfacción, en realidad le causa un daño profundo tanto al pecador como a sus semejantes.

En el Sacramento de la Reconciliación o Confesión, Jesucristo viene a nuestro encuentro. Después de resucitar de entre los muertos, confirió el Espíritu Santo a sus apóstoles, los primeros sacerdotes, y les dio el poder de perdonar pecados en su nombre (Juan 20, 23). Por medio de este sacramento, podemos recibir el perdón de Dios y fortalecer nuestra adhesión a Cristo y su Iglesia.

A continuación, ofrecemos una guía para el examen de conciencia y una buena confesión:

Con respecto a Dios

¿Trato de amar a Dios con todo mi corazón, con toda mi alma y con toda mi fuerza? ¿Hay alguien o algo que yo ponga por encima de Dios? ¿Rezo todos los días?

¿He participado en alguna actividad de ocultismo, como brujería, santería, adivinación, tabla ouija, cartas tarot, sesiones de espiritismo, cristales de la nueva era, lectura de manos o algo parecido? ¿He puesto mi confianza en los horóscopos?

¿Dedico el día domingo a ir a Misa, hacer oración, atender a mi familia y reposar?

Con respecto al prójimo

¿Honro y respeto a mis padres y, si son ancianos, les ayudo y los cuido con amor?

¿Respeto y obedezco a mis superiores legítimos?

¿He maltratado, insultado o causado daño deliberadamente a alguien?

¿He abusado de las drogas o el alcohol?

¿He cometido o ayudado a alguien a cometer aborto?

¿Soy fiel a mi esposa o esposo en toda circunstancia?

¿He cometido actos sexuales fuera del matrimonio?

Con respecto a los bienes materiales

¿He robado, estafado o recibido bienes robados por otros?

¿Gasto excesivamente en cosas innecesarias o en juegos de azar?

¿Comparto lo que tengo con los pobres según mis medios?

¿Tengo envidia de los bienes, talentos o éxitos de otros?

Con respecto a la verdad

¿He dicho mentiras o dado falso testimonio?

¿He sido deshonesto en el trabajo o en los negocios?

¿He dejado de cumplir lo prometido?

¿Digo siempre la verdad aunque ello me cause problemas?

¿Me perdono a mí mismo por mis pecados, incluso los ya confesados?

Con respecto a la Iglesia

¿He faltado a Misa un domingo o día de precepto sin razón justificada?

¿Me confieso con frecuencia y cuando tengo conciencia de pecado grave?

¿Guardo los ayunos y la abstinencia cuando lo manda la Iglesia?

¿Contribuyo a costear los gastos de mi parroquia?

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