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Pascua 2015 Edición

Pascua 2015

Carta del Editor

Por: Luis Quezada

Pascua 2015: Carta del Editor by Luis Quezada

Queridos hermanos en Cristo:

¡Aleluya! ¡Jesucristo ha resucitado! Esta es una magnífica noticia que debería resonar en todos los corazones y las conciencias del mundo, especialmente en esta época de Pascua, y suscitar un nuevo y poderoso derramamiento del Espíritu Santo, como sucedió en aquel glorioso período de la Iglesia primitiva.

El encuentro con Cristo. Después de la Resurrección del Señor, los discípulos tuvieron diversos encuentros con el Señor Resucitado y eso les cambió completa y radicalmente la vida. Pero la transformación más generalizada se produjo con la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.

Hoy también hay muchas personas que están teniendo encuentros con Jesucristo Resucitado, y llenándose del Espíritu Santo mediante la fe, la conversión y los Sacramentos, y así están cambiando de vida y renovando la Iglesia. Lo vemos en numerosos retiros y en todos los diferentes grupos de la Iglesia y misiones parroquiales. También se ve en el gran número de nuevos fieles que ingresan a la Iglesia Católica o que completan sus sacramentos en el Rito de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA).

En estos encuentros, los fieles llegan a conocer el gran amor y la misericordia que el Señor nos demuestra a todos. Es alentador ver que en las liturgias del Jueves Santo, Viernes Santo y la Vigilia Pascual del Sábado Santo, las parroquias católicas se llenan de fieles hasta rebosar. Porque lo que se celebra es el acontecimiento más trascendental de la historia de la humanidad: Dios se ha hecho hombre y ha venido a morir en una cruz y luego ha resucitado, para que todo el que crea en él se salve de la condenación eterna a la que nos lleva inexorablemente el pecado, especialmente el de soberbia, egoísmo e indiferencia ante el prójimo necesitado.

Las Bienaventuranzas. Por eso presentamos, además, un artículo sobre las Bienaventuranzas, en las cuales el Señor invita al mundo a mirar con los ojos de Dios a los marginados, los humildes y los que no pueden valerse por sí mismos —aquellos que el Papa Francisco dice que están en “las periferias” del mundo— y reflexionar, con una mano en el corazón, si los estamos ayudando como quiere el Señor, tanto material como espiritualmente.

Para concluir, incluimos el testimonio de una joven misionera que escuchó la llamada de Cristo a llevar el mensaje del amor divino, especialmente a los que nunca han oído hablar del Señor. Este es un apostolado muy valioso y laudable al cual Cristo está invitando a los jóvenes de hoy. Ojalá que muchos respondan a esta llamada con fe, amor y generosidad.

Les deseo una muy feliz y fructífera temporada de Pascua,

Luis Quezada, Director Editorial | Escriba una correo al Editor

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