La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Junio 2019 Edición

Tenemos la mente de Cristo

Carta del editor

Por: Luis E. Quezada

Tenemos la mente de Cristo: Carta del editor by Luis E. Quezada

Dice San Pablo: “El que no es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son tonterías. . . Pero aquel que tiene el Espíritu puede juzgar todas las cosas, y nadie lo puede juzgar a él. Pues la Escritura dice: ‘¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá instruirle?’ Sin embargo, nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2, 15-16).

¿Qué significa tener “la mente de Cristo”? Recuerdo que cuando yo me decidí a leer la Biblia, empecé a darme cuenta de que mis razonamientos estaban dominados por los conceptos que la sociedad humana acepta y practica como normales y razonables, pero no era eso lo que Dios quería para mí. ¿Qué quiero decir con esto?

Que desde mi niñez yo creía en Dios y quería llegar un día al cielo, y pensaba que siendo una persona relativamente recta y tratando de no hacerle mal a nadie, Dios me aceptaría. Jamás había escuchado que había que creer en Jesucristo y menos que él mismo había dicho: “Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14, 6), y “Si alguien no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman” (Juan 15, 6). Oye, ¡esto es bien drástico!

Pero, por la misericordia el Señor y llevado de la mano por instrumentos dóciles, como fue mi esposa, un día hice mi acto personal de entrega a Cristo: le pedí que él fuera mi Señor, mi Dueño, mi Salvador y mi Dios, y que activara en mí el poder de su Espíritu Santo recibido en el Bautismo. ¡Y el Señor lo hizo! Entonces, recién empecé a comprender que yo tenía ciertos razonamientos erróneos, falsas verdades que el mundo me había hecho aceptar, y ahí empezó el cambio. Todavía me falta mucho camino por recorrer, pero ¡alabado sea mi Señor, que nunca me ha abandonado y, con el poder del Espíritu Santo, he ido cambiando mi modo de pensar!

Otros artículos. Nos pareció interesante incluir en esta edición un artículo escrito por Monseñor Mario Dorsonville sobre el Quinto Encuentro de Pastoral Hispana en los Estados Unidos, en el cual él mismo tuvo una importante figuración.

Se añaden también dos testimonios de vida: Uno de un asistente médico, que descubrió la bendición de la Adoración Eucarística en el hospital donde trabaja, y otro sobre la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Panamá en enero de este año.

Que el Señor les colme de paz y bendiciones a todos,

Luis E. Quezada
Director Editorial
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