La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Noviembre de 2019 Edición

La oración de intercesión

Carta del editor

Por: Luis E. Quezada

La oración de intercesión: Carta del editor by Luis E. Quezada

Estimado hermano o hermana, ¿cuándo fue la última vez que rezaste por tu esposa o tu marido? ¿Por tus hijos? ¿Por otras personas? Lo cierto es que los católicos siempre elevamos plegarias de intercesión, súplicas a Dios por diversas intenciones personales, familiares o comunitarias. Y es así porque desde el principio la Iglesia nos ha enseñado a hacerlo.

Por ejemplo, cada vez que rezamos el Ave María, le pedimos a ella que interceda por nosotros: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.” Ahora bien, ¿no es cierto que todos, en algún momento y por alguna razón, le hemos pedido a un familiar o amigo que nos ayude a rezar por alguna dificultad, alguna condición de salud o algún trabajo de valor particular?

Otra manera de hacer oración de intercesión es, por ejemplo, cuando estamos en una reunión de oración y cada uno pide por alguna intención determinada y todos la reafirmamos diciendo: “Te lo pedimos, Señor.” ¿Por qué lo hacemos? Porque sabemos que el Señor mismo nos instó a hacerlo cuando dijo: “En verdad les digo, que si piden algo al Padre en mi nombre, él se lo dará. Hasta ahora nada han pedido en mi nombre; pidan y recibirán, para que su gozo sea completo” (Juan 16, 23b-24).

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña: “Interceder, pedir a favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca “no su propio interés sino el de los demás” hasta rogar por los que le hacen mal” (CIC 2635).

Renovemos pues nuestras oraciones de intercesión por las intenciones que son valiosas para nosotros, empezando por la salvación de nuestros seres queridos y amigos.

Otros artículos. La segunda mitad de la revista contiene un artículo sobre la epidemia de la drogadicción a los opioides (u opiáceos) y sus trágicos resultados. Asimismo, siendo el mes de noviembre, incluimos un artículo sobre las “cosas del fin” escrito por Mons. Peter Magee. Y terminamos con una relación de testimonios muy interesantes y reveladores de varios sacerdotes que participaron en el Retiro Internacional Sacerdotal realizado en Monterrey, México, en 2019.

De esta forma queremos prepararnos para el inspirador tiempo litúrgico del Adviento, que este año comenzará el 1 de diciembre.

Muchas bendiciones para ustedes, nuestros queridos lectores, y sus familias.

Luis E. Quezada
Director Editorial
editor@la-palabra.com

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