La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Junio/Julio 2008 Edición

La Oración: Arma poderosa del cristiano

Reseña de "El poder de la Oración". Devocionario Popular Católico

Por: el Padre Mario E. Dorsonville

Existe tanta necesidad de oración en el mundo de hoy que, en todo momento y por cada circunstancia, al sacerdote se le piden oraciones y tener presente en la celebración de la Eucaristía un sinnúmero de intenciones.

La frase "Ore por mí, Padre" es cada vez más común en el diario vivir. Los feligreses y personas que reciben la evangelización de manos del sacerdote piensan que éste será escuchado más rápidamente por estar más cerca de Dios, pero lo que muchos olvidan es que, por el bautismo, todos fuimos incorporados a la Iglesia de Jesucristo y tenemos por vocación el llamarnos hijos e hijas de Dios. Sería incomprensible que un hijo, teniendo en su casa a su padre, nunca le dirigiese la palabra.

Por vocación hemos nacido a la vida de Dios y ese Padre misericordioso está atento a escuchar y dialogar con quien le ama y le tiene presente en su vida. Es la oración el camino que todos deben tomar y el cual va bastante más allá de lo que muchas veces una persona espera. A lo mejor no es tan sólo lograr un favor, una sanación o, por qué no, un milagro. La oración está mejor definida como un tiempo para Dios en donde el espíritu se fortalece por el conocimiento que este mismo hace de su Creador. La oración siempre será el resultado de la certeza de estar con Dios, escuchar lo que Él dice, aceptar su voluntad en la vida de cada individuo, poder expresar con las propias palabras cuánto se le ama, agradeciendo todo lo que Él hace por cada uno y, en última instancia, pedir lo que se necesita, a la vez que siempre se tendrá que recordar que no es posible omitir el reconocer y pedir perdón por todas las faltas y debilidades que acompañan la existencia humana y por la cuales siempre se ofende a Dios.

Movidos por esta inquietud ofrecemos a nuestros lectores el Devocionario Popular Católico titulado "El Poder de la Oración". Este pequeño libro, que intenta resumir la tradición católica de oración, responde a ese constante deseo que todo niño, joven o adulto se hace en algún momento de su vida y el cual se expresa en la siguiente petición: "Padre, enséñame a orar". Uno de los mejores enfoques en este camino de la oración lo plantea este devocionario en sus primeras páginas, recordando que aquel que desea orar debe tener en cuenta en todo momento de su día la presencia de Dios y las oraciones para poderse relacionar con Él. De esta manera, en el texto se ofrecen oraciones, para el comienzo del día, para las comidas, para cuando se lee la Biblia, para iniciar el trabajo, para el descanso, para examinar la conciencia y, en fin, para tantas otras circunstancias de la existencia, que aunque se quisiese hablar con Dios no se sabe qué decirle o cómo manifestar el amor que se siente por Él.

El devocionario siempre será importante en la práctica de oración en la vida cristiana, porque cumple lo que un maestro hace con sus niños cuando éstos están en el proceso de aprender a leer y escribir. La función del maestro nunca será la de enseñarles a ser inteligentes, puesto que eso ya es innato en el niño, pero con una buena pedagogía, se estimula la inteligencia del niño haciendo que éste se torne capaz de asimilar los conceptos por los cuales podrá leer y escribir el día de mañana. Por tanto, cuando una persona toma un devocionario no es para aprender a amar a Dios, pues eso ya lo tiene en su corazón, pero la ayuda que reciba de la tradición orante de la Iglesia en su devoción diaria, le enriquecerá y le llevará a un mejor desarrollo de su conocimiento de Dios y de su grandeza.

En el devocionario católico "El poder de la oración" se recopilan de una forma organizada y muy rica diversas oraciones al Dios Trino, por el cual la riqueza en la oración aumenta y se diversifica; por estas páginas se podrá pues entrar en diálogo con Dios Padre, Jesucristo Hermano y el Dador de toda fecundidad en la oración, Dios, Espíritu Santo. A María, los ángeles y los santos no se les ha olvidado en esta obra de oración, a la vez que también en ella se ofrece un sinnúmero de oraciones por muy diversas circunstancias: en la enfermedad, en el arrepentimiento, en la muerte, en el sufrimiento etc.

Existen momentos en familia en los cuales se desearía tener unas palabras para Dios que no tan sólo sean la proclamación de su palabra, sino una oración de alabanza, de intercesión, de arrepentimiento, etc. y no existen las palabras para expresar lo que se siente o lo que se vive. Por eso, es muy importante tener al alcance de los miembros de la familia un libro que facilite en un momento de alegría o dolor, la oración a la Trinidad, o a lo mejor en la necesidad agobiante, el recurrir a María o los santos como los intercesores en las necesidades que nos aquejan. Habrá también ocasiones en las cuales se desearía invocar la compañía del Ángel de la Guarda en momentos de tribulación.

Alégrense siempre que en una familia esté a disposición de todos sus miembros la Biblia, Palabra de Dios, pero no se pase inadvertidamente la necesidad que como cristianos católicos tenemos de la Tradición de la Iglesia, que por siglos nos ha enseñado que todo lo que creemos es lo que todos durante muchos siglos han venido orando.

Comentarios