Todos sabemos que a veces la vida puede ser difícil. Sería fácil para nosotros elaborar una lista de los males que asolan el mundo: la guerra, la hambruna, la violencia sexual y la pobreza extrema. De una manera u otra, todos sentimos los efectos de esos males. Incluso si nuestra vida está libre de problemas, el solo hecho de pensar en las tragedias que suceden en otras partes del mundo puede angustiarnos. También hay ocasiones en las cuales enfrentamos dificultades dolorosas en nuestra propia vida: un matrimonio roto, un hijo que se aleja o una enfermedad incurable.