La oración tiene más fuerza que todos los demonios juntos. Quien sufre el ataque de los espíritus de la oscuridad sólo tiene que entregarse de lleno a la oración y los hará retroceder con gran éxito. — San Bernardo

Cuando el enemigo me amenaza, me comporto con valentía. Sé que batirse a duelo es un acto indigno, por eso le doy la espalda al adversario sin mirarlo nunca cara a cara. Luego, voy corriendo a mi Jesús. — Santa Teresita de Lisieux

El diablo le tiene tanto miedo al alma que está unida a Dios como a Dios mismo. — San Juan de la Cruz

En un grupo, cuida tu lengua; en tu familia, cuida tu carácter; si estás solo, cuida tus pensamientos. — Venerable Matt Talbot

En la trampa del diablo no caes, a menos que ya estés mordiendo el cebo.

Siempre y en todo lugar, trata de vivir como si Dios estuviese allí visiblemente presente. Para estar alerta, hay que elevar el pensamiento con total decisión hacia el Señor. — San Buenaventura

Si caes en pecado, humíllate y arrepiéntete inmediatamente en presencia del Señor y luego, en un acto de ilimitada confianza, sumérgete en el océano de su bondad, donde cada falla queda anulada y la ansiedad se convierte en amor. — San Pablo de la Cruz

La presencia de Dios es un antídoto contra el pecado de dos maneras: Primero, porque Dios nos ve, y segundo, porque nosotros vemos a Dios. — San Ignacio de Loyola

Un hombre tiene realmente pureza de corazón cuando busca las cosas de cielo, sin dejar nunca de tener a Dios delante de sus ojos. — San Francisco de Asís