La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Junio 2015 Edición

La Virgen Desatanudos

Advocación predilecta del Papa Francisco

Por: Enrique Soros

Siendo un joven sacerdote, el padre Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco, visitó en 1986 a sus hermanos de la Orden Jesuita en la ciudad de Augsburgo, Alemania, cerca de donde cursaba sus estudios.

Allí, en la iglesia de Sankt Peter am Perlach, lindando con el ayuntamiento, se encuentra el cuadro original de la Virgen “María Desatanudos” (Maria Knotenlöserin, en alemán) pintado por Johann Schmidtner alrededor del año 1700.

El padre Bergoglio quedó encantado con esta advocación de la Virgen, y llevó a Argentina un par de postales con su imagen. Sintió que la Virgen María, tan arraigada en el alma de la fe popular latina, a través de la advocación “Desatanudos”, podría ayudar a hacer más visible su poder intercesor y así atraer a los creyentes con más fuerza hacia Jesús.

Revelaciones inéditas del párroco que recibió a la Virgen. En septiembre de 1996, tres fieles visitaron al padre Rodolfo Arroyo, párroco de la iglesia San José del Talar, en Buenos Aires, y le dijeron que en la capilla del rectorado de la Universidad del Salvador, de los padres jesuitas, en la citada ciudad, se veneraba una imagen de la Virgen Desatanudos.

Consultado para conocer de primera mano los hechos relacionados con la llegada de la imagen a su parroquia, el padre Rodolfo recuerda: “Tenía tres meses de párroco cuando llegaron esos tres laicos para solicitar la entronización de la Virgen Desatanudos en San José del Talar, una iglesia muy pequeña y pobre. Yo conocía la imagen por Mons. Bergoglio, que a la sazón era vicario en la zona de Flores y quien la enviaba como postal en sus saludos de Navidad, o como respuesta a una carta.

Yo no tenía interés en esta advocación, por lo que les dije que tenía que hablar con el Obispo, pero con cargo de conciencia, porque no quería desalentarlos. No entendía eso de que la Virgen “desate los nudos”. Por respeto al testimonio de estos laicos, fui a ver al Cardenal Antonio Quarracino para pedir su autorización. ‘Esa Virgen es de Bergoglio’, me respondió amistosamente el Cardenal, como diciendo: ‘Yo soy devoto de la Virgen de Luján. Andá a ver a Bergoglio que te va a decir todo lo que tenés que hacer’.”

Enseguida el párroco fue a ver a Mons. Bergoglio, quien con todo respeto le preguntó por lo que había dicho el Cardenal. Así sigue el relato el padre Rodolfo: “Le expresé a Mons. Bergoglio: ‘El Cardenal me dijo que sí, pero que lo venga a ver a usted y supongo que usted va a venir a entronizar la Virgen’, a lo que Mons. Bergoglio respondió: ‘¡No! Vos sos el párroco. ¡Bendecila vos, entronizala vos! Vos no más citá la frase de san Ireneo de Lyon: ‘Lo que Eva ató con su desobediencia, lo desató la Virgen María con su obediencia a Dios.’ Entonces fijamos la fecha del 8 de diciembre, ese año de 1996, para entronizar el cuadro, porque en Augsburgo la honran ese día, que es el de ‘la Inmaculada’.”

Coloqué la imagen a la entrada, a la izquierda, porque era un lugar vacío, como adornando ese lugar humilde, donde se encuentra hasta hoy. A lo que me dijo Mons. Bergoglio, sólo agregué el relato de Mateo 1, que termina diciendo que ‘José llevó a María a su casa’. De la misma manera, expliqué, San José, en su parroquia, trae a María a su casa. Fue una experiencia muy fuerte, la iglesia se llenó, parecía un Domingo de Ramos. De pronto, cada día 8 de mes llegaba una multitud que venía a visitar a la Virgen. Se nos iba de las manos. Los 8 de diciembre son decenas de miles. Hay un misterio maravilloso de seducción entre María y su pueblo que la ama”, remata el padre Arroyo.

Testimonio del rector de San José del Talar. El padre Omar Di Mario, actual rector de San José del Talar y del Santuario de la Virgen Desatanudos, también comparte con nosotros sus experiencias con los peregrinos, explicando: “Las intenciones que más traen los fieles y que le presentan a la Virgen tienen que ver con sus familias, especialmente intercesión por aquellos que están pasando por algún momento difícil; con la salud, y con las muy diversas situaciones de la vida, como poder tener un hijo, poder reconciliarse con seres queridos, alcanzar la paz, etc. Nadie que la visite deja de irse confortado en su corazón por el encuentro con ella, que al igual que nuestras madres, nos escucha, nos consuela, nos acaricia, pero ella en especial, nos pone en el corazón de su Hijo Jesús.”

El padre Di Mario cuenta con emoción lo que siente por ser el rector de un santuario tan cercano al Papa: “Ciertamente ser el rector del Santuario de la Virgen a la que más devoción tiene el Santo Padre, en el que él tantas veces celebró la Santa Misa, al que muchas veces, con la sencillez de un peregrino y casi desapercibidamente vino a ponerse a sus pies, me pone en un lugar privilegiado de intercesión por él y su tarea. Estoy convencido de que nuestra Madre, primero en la imagen de Virgen que desata los nudos, allí en Augsburgo, donde en la intimidad de la oración, el entonces padre Jorge Bergolglio la descubrió y a ella se confió; y después en la misma imagen, pero ya representada en la pintura que está en nuestro santuario y ya no en la intimidad, sino en la devoción masiva de esta advocación, fue acompañando y desatando los nudos del camino, para que aquel a quien su hijo había elegido, llegara al lugar del servidor de los servidores, sucesor de Pedro, vicario de Cristo.”

Orígenes de la Virgen Desatanudos. El padre Jerónimo Langemantel era canónigo en el monasterio Sankt Peter am Perlach, en Augsburgo. Dos de sus abuelos, Wolfgang y Sophia, tenían un serio problema matrimonial que auguraba una separación. Por esta razón, Wolfgang visitó al padre Jakob Rem para obtener consejo en un momento tan difícil. El padre Rem lo atendió cuatro veces. En la última visita, luego de elevar sus oraciones a la Virgen, tomó la cinta matrimonial de Wolfgang y dijo solemnemente: “En este acto religioso, elevo la cinta de tu matrimonio, desato todos sus nudos y dejo la cinta desanudada.” La oración y el gesto del sacerdote fueron motivadores para Wolfgang, quien regresó con su esposa y recuperó su matrimonio.

Ante estos hechos, el padre Jerónimo obtuvo que el artista Johann Schmidtner pintara un cuadro de la Virgen Desatanudos, lo que ocurrió alrededor del año 1700. El cuadro fue luego colocado en la iglesia de Sankt Peter am Perlach donde se encuentra hasta nuestros días.

Significado de la imagen. En el centro del cuadro se ve a la Virgen María, con una cinta en las manos desatando nudos, mientras pisa la cabeza de la serpiente, como relata Génesis 3, 15, indicando que, por gracia especial, ella es pura y sin mancha. Se presenta como Inmaculada, con la luna bajo los pies, mujer llena de sol, y coronada con doce estrellas, tal como la describe el capítulo 12 del Apocalipsis. Sobre la figura de María está el Espíritu Santo, con quien la Virgen está desposada. A cada lado de ella se ve un ángel. El de la derecha le entrega a María una cinta con nudos, mientras el de la izquierda, recoge la cinta desanudada.

La Virgen María “Desatanudos” hace referencia a las trabas y sufrimientos del alma humana que impiden la felicidad y una relación sana con Dios. Al desatar los nudos de la cinta, la Virgen libera el alma del orante, para abrir el cauce del diálogo con Dios y los semejantes. Los nudos representan el pecado y el dolor, las cruces y las dificultades de la vida personal, familiar, laboral, etc. No todos los nudos son pecados, sino que muchos son cruces que Dios nos invita a llevar. Por la intercesión de María, las heridas sanan, nos liberamos del pecado y muchas veces también de pesadas cruces, aunque éstas, de alguna forma, siempre nos acompañarán en nuestra vida terrena, en nuestro camino de santidad.

La perseverancia en la fe, la confianza en el poder intercesor de María, y la aceptación libre de los planes amorosos de Dios son caminos seguros para superar las crisis y, a través del abandono filial en las manos de María, ella irá desatando cada nudo que nos impida vivir plenamente para el Señor, abriendo el camino para la gracia, para una profunda cercanía con Dios. La cinta desanudada es una clara expresión de que no hay ninguna intención que llevemos a María que ella no escuche con maternal amor.

La devoción en Augsburgo. Ante la pregunta de si llegan muchos peregrinos a la parroquia para venerar a la Virgen Desatanudos, el prelado Günter Grimme, rector de la iglesia Sankt Peter responde: “Desde que es vox populi que el Papa Francisco estuvo en esta iglesia en 1986 y llevó la devoción de la Virgen Desatanudos a la Argentina, la cual desde allí se expandió por toda Sudamérica, se llegan muchos más fieles desde esos países a Augsburgo para venerar a la ‘Madonna de los Nudos’ (Knotenmadonna).”

Quisimos saber qué siente él al pensar que el cuadro de la Virgen que hay en su iglesia es la imagen original de la devoción preferida del Papa, a lo que responde: “Como asesor espiritual en Sankt Peter, me alegra que también el Papa haya encontrado en María, la que Desata los Nudos, un corazón para sus intenciones. Para los peregrinos que llegan a Sankt Peter y a la Virgen Desatanudos, es una motivación el contar con un devoto amigo tan prominente y humilde. También se alegran todos los miembros de la Asociación en Sankt Peter, responsables de la iglesia, por este amor preferencial del Papa Francisco.”

Piedad popular. Es común que el alma sencilla, como la latina, busque espontáneamente en María la ayuda en situaciones difíciles. Se trata de un importante paso de la piedad popular, para ser guiado a una realidad mucho más profunda. Sin duda María escucha las súplicas de su pueblo, regalando su bendición y conduciendo hacia Dios, cumpliendo así su misión. Así como a través de María llegó Jesús al mundo, así quiere Dios que a través de ella, nosotros lleguemos a Jesús.

Enrique Soros, autor del libro A la Conquista de todos los Corazones, es periodista argentino y reside en los suburbios de Washington, D.C.

Oración a Nuestra Señora Desatanudos

“Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Ya junto a tu Hijo, intercediste por nuestras dificultades, y con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas. Y al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos libres de las ataduras y confusiones con las que nos hostiga nuestro enemigo. Por tu gracia, por tu intercesión y con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora nuestra, y desata los nudos que impiden que nos unamos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos a él elevado el corazón y le sirvamos en nuestros hermanos. Amén.”

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