La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Dic/Ene 2008 Edición

La gloria de Jesús se nos revela

Un examen de conciencia para el Adviento

Hay muchas maneras de predisponerse a recibir la revelación de Jesús, la Palabra de Dios, en este Adviento.

Por ejemplo, dedicar tiempo a contemplar la escena del nacimiento y meditar en aquella noche bendita en la que nació el Niño Dios. Podemos meditar en la bendición que significa el amor de familiares y amigos. Podemos tratar de asistir a Misa con mayor frecuencia, o ir a algún concierto navideño en nuestra parroquia o en la comunidad.

Las oportunidades que tenemos para dejar que el amor de Dios llene nuestro ser son innumerables, pero una de las más eficaces para experimentar al Señor es el Sacramento de la Reconciliación. Allí, en la presencia de Jesús, podemos reconocer los pecados y faltas que hayamos cometido y entrar en contacto con el amor de Cristo, que siempre perdona, sana y fortalece. Incluso cuando pensamos que no merecemos perdón, el Señor nos sorprende, no sólo manifestándonos su amor y misericordia, sino dándonos la promesa de que derramará sobre nosotros su gracia y su protección.

El examen de conciencia que presentamos a continuación tiene la finalidad de ayudar a nuestros lectores a prepararse para la Confesión en este Adviento. Les recomendamos que mediten en estas preguntas en oración, para que el Espíritu Santo les haga ver los aspectos de su vida que Él quiera sanar y perdonar. Pídale cada uno al Espíritu que le conceda el deseo de apartarse del pecado, para que la revelación de su amor pueda llenarle el corazón y la mente.

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Un examen de conciencia para el Adviento

Ama al señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu mente y todas sus fuerzas

¿Acepto la autoridad de Dios en mi vida? ¿Hasta qué punto prefiero mis propios planes y dejo que Dios intervenga sólo cuando me conviene? ¿Está mi vida controlada por mis propias ambiciones y deseos, aunque no cumpla los mandamientos de Dios?

¿Reservo el domingo para la Misa y el culto al Señor, y para descansar en su presencia con la familia?

¿Demuestro respeto y veneración al nombre de Dios en mi forma de hablar?

Ama a tu prójimo como a ti mismo

¿He causado distanciamiento en mis relaciones con familiares cercanos o lejanos, compañeros de trabajo o vecinos? ¿Hasta qué punto mis palabras y acciones demuestran que honro y respeto a los demás?

¿Me he preocupado de ayudar a los pobres, los menos afortunados, los enfermos y los que sufren? ¿He hecho algo concreto al respecto, sobre todo defender la justicia de acuerdo con las enseñanzas de Cristo?

¿Me dejo arrastrar por el mal humor o por pensamientos de ira, desánimo o resentimiento?

¿Hay alguien que me haya herido u ofendido y que yo necesite perdonar? ¿He manchado el prestigio o la dignidad de alguien criticándolo o propagando algún chisme o falsedad?

¿Trato a mis padres con respeto y amabilidad? ¿He sido desconfiado y crítico de la autoridad legítima o le he faltado el respeto?

¿He guardado en mi mente ideas o imágenes impuras? ¿Hay casos de impureza por las cuales yo necesite pedirle perdón a Dios?

¿He dicho la verdad y actuado con honestidad en mis tratos y negocios?

¿He consumido drogas ilegítimas o exceso de alcohol o alimentos?

¿He participado en prácticas de astrología u ocultismo de alguna manera?

¿Hay otros pecados de los que deba arrepentirme, por ejemplo, faltas o errores antiguos que haya olvidado o cubierto, heridas dolorosas aún no sanadas o dificultades graves en mi vida?

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