La Palabra Entre Nosotros (en-US)

Noviembre 2014 Edición

Carta del Editor - Noviembre 2014

Carta del Editor - Noviembre 2014

Queridos hermanos en Cristo:

Los católicos tenemos, por lo general, nuestros santos favoritos. Unos porque llevan el mismo nombre, otros porque se han sentido inspirados al leer su vida y obras, otros porque consideran que un santo o santa ha sido instrumento de Dios para concederle un favor especial, otros más porque se trata de un santo o santa de su propio país. Incluso al recibir la Confirmación, se nos pide escoger el nombre de un santo para ser confirmados en la fe católica.

En este número de la revista hemos decidido incluir dos artículos sobre la vida de San Juan de la Cruz, uno de los místicos españoles más profundos, contemporáneo de Santa Teresa de Ávila. Ambos vivieron en el siglo XVI y ambos pertenecieron a congregaciones carmelitas. De modo que hace ya 500 años de que su legado ha ilustrado la fe de muchos católicos y también no católicos.

San Juan de la Cruz es conocido más probablemente por sus poemas de elevada cualidad mística, en los cuales él se dirige a Dios como un alma llena de amor a su Creador. En efecto, cuando en uno de sus poemas dice, por ejemplo: En una noche oscura, con ansias en amores inflamada… salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada, la que habla es el alma de Juan. Naturalmente, en idioma español, la palabra “alma” es de género femenino, por lo que es preciso entender que las palabras pronunciadas como por una mujer corresponden en realidad a la expresión del sentimiento del alma del santo.

Persecución cristiana en los tiempos modernos. Es lamentable pero en las noticias de prensa o televisión ahora recién se empieza a hablar de las terribles ocasiones de persecución que están sufriendo los cristianos en varias partes del Medio Oriente, África y otros lugares del mundo.

Este tipo de temas no es algo que comúnmente presentamos en nuestra revista, porque su propósito es principalmente promover la evangelización y el crecimiento espiritual de los fieles. Pero nos ha parecido muy importante difundir esta trágica situación, que se viene repitiendo y multiplicando ya por varios años, especialmente en los países cada vez más dominados por los extremistas islámicos o regímenes totalitarios, que hemos querido hacer algo para elevar el nivel de conocimiento y preocupación entre la comunidad cristiana y católica acerca de esta situación.

Así pues, queridos lectores, junto con profundizar nuestra comunión espiritual con Dios y su Iglesia, intercedamos ante el Señor por la suerte de nuestros hermanos perseguidos y, si podemos, hagamos alguna donación en beneficio de ellos.

Que Dios los bendiga a ustedes y sus familias,

Luis Quezada, Director Editorial | Escriba una correo al Editor

Comentarios